LA TERTÚLIA DEL QUART PIS

Desde que era pequeñita me ha gustado bailar, cuando tenía 6 años mi madre me apuntó al típico casal que duraba 2 semanas y recuerdo que por la tarde siempre venia una profesora y nos enseñaba algunos pasos de baile, a mí me llamó la atención y le dije a mi madre que quería hacer baile y al principio me gustó mucho pero al final de 2 meses o menos me cansé de ir cada tarde a bailar.

Cuando me desapunté de baile, me empezó a gustar el teatro, así que me apunté, pero tampoco estuve mucho tiempo. Un día vino una amiga mía y me dijo de apuntarnos a flamenco, a mí la idea no me disgustó pero, eso de ir con un vestido, una peineta en la cabeza y sentir la música flamenca… No. Así que no lo hice y estuve tiempo sin hacer nada.

Cuando tenía 11 años, mi madre me llevó a una escuela de baile, entonces fue cuando me empezó a gustar el baile, iba cada tarde con muchas ganas y decidida a mejorar los pasos de baile para que saliera todo perfecto en el festival que hacían cada verano. Pero pasó algo malo, y es que, mis padres decidieron mudarse a Barcelona, entonces tuve que dejar el baile y todo, me costó muchísimo irme de allí y volver a Barcelona, donde ya había vivido. Al principio me acuerdo que me enfadé bastante con mis padres.

Estuve desde los 12 años hasta los 14 sin hacer nada, porque no quería apuntarme a baile, aunque me encantaba, pero no quería que me hicieran otra vez lo mismo. Una amiga mía, me insistió en apuntarnos a funky juvenil, fuimos a probar y cuando probé aquella clase, después de haber estado años sin bailar, fue algo muy raro, volví a sentir la ilusión que tenía a los 11 años.

A día de hoy sigo bailando y he probado diferentes tipos de baile: funky juvenil, hip hop, batuka, salsa, bachata, reggaeton…, etc. Si estoy triste o me preocupa algo, lo único que me alegra es pensar que tengo baile, ahí se me olvida todo lo malo, solo pienso en la coreografía y en sentir la música. Por eso puedo decir que para mí, el baile es más que un deporte.

Andrea

Al llarg de la nostra vida ens adonem de qui realment tenim al costat. Durant l’etapa de l’adolescència els nostres amics són persones molt importants, ja que passem molt de temps al seu costat. Podríem dir que es converteixen en una segona família per a nosaltres. I amb alguns en especial acabem explicant-ho tot.

Pot ser que pel camí perdem amistats a causa de baralles, mentides, desconfiança, decepcions… Però també en guanyem, Hi ha amistats que et sorprendran de el que arriben a fer per tu i unes altres que et decepcionaran i et donaran l’esquena. Cadascú és com és però s’ha de saber cultivar una amistat i saber-la cuidar sense que es panseixi. Que estigui plena de vida com una flor. Les amistats van canvian, ja que les persones evolucionem de manera diferent en les etapes de la vida i segons les circumstàncies que se’ns presenten.

Però sempre tindràs aquella persona que saps que estarà al teu costat, passi el que passi, en qualsevol circumstància estarà per ajudar-te, apollar-te… Tothom té una persona així en la seva vida que sap que li donarà el consell més adequat i farà tot el possible perquè estigui bé sense esperar res a canvi. I aquesta és la verdadera definició d’amistat.

Blanca Sala

Divendres dia 20 de desembre del  2013 va ser un dels dies més decebedors de la meva vida. I això, per què? Doncs perquè he suspès més assignatures de les que jo m’esperava. El passat trimestre ha sigut el trimestre que més matèries he suspès de tota l’escolaritat. Una de les causes d’aquesta catàstrofe ha estat la meva falta d’atenció a classe i la poca dedicació a l’hora de posar-me a estudiar.

Aquest fet, estic segur, em servirà per millorar i posar-me les piles de cara al segon trimestre, que m’hauré d’esforçar molt i hauré de treballar per aconseguir el meu objectiu.

La meva opinió sobre tot això és que més val treballar dia a dia i fer la feina que toca, que no fer res i que després hagi de recuperar totes aquestes matèries que per unes qüestions o altres, podia haver aprovat.

Àlex

Cuenta la leyenda, que solo las mujeres afortunadas encuentran a su hombre perfecto.  También cuenta la leyenda, que cuando se encuentra a ese hombre perfecto, eres la más feliz del mundo mundial. Pues bien, como su propio nombre indica se trata de una “leyenda”, en las leyendas no siempre es cierto lo que dicen, ¿Por qué? Os preguntaréis, fácil, porque no sabes quién es ese hombre perfecto, que hay gente que lo nota a simple vista y que incluso sabe de qué color será la ropa que le comprará a los hijos que tenga con él, sí, seguro que hay muchas “iluminadas”, pero las mujeres normales como yo, no tienen por qué saber ese tipo de cosas. Nos fijamos demasiado en el físico y poco en cómo es la persona.

O a veces pasa, que nos imaginamos a un hombre perfecto, con todos los rasgos que nos gustaría que tuviera, y le ponemos la cara de alguien conocido, luego, ¿qué pasa? Que te acabas enamorando de ese ser creado a partir de tu mente, y esperas que la realidad sea como tú te la has imaginado. Claro está que siempre no es lo que uno espera, y, ¿luego qué ocurre? Que te decepcionas de él. Pero si la culpa es nuestra, por ingenuas, que pensamos que todos los hombres serán buenos y nos harán felices, y que los hombres malos son aquellos que aun no han madurado lo suficiente para nosotras… ¿o quizás somos nosotras a las que les falta madurar?

No lo sé, pero si sé una cosa.  Nos dejamos llevar, y hablo en “nos” porque yo también me incluyo, mucho por los sentimientos que imaginamos en la cabeza, es decir, que nos enamoramos de nuestra imaginación.

Pero no todo es malo y decepcionante, a veces pasa que nos enamoramos de alguien que de verdad es perfecto, perfecto para uno mismo, es decir, no hace falta que sea el hombre más guapo el  mundo, ni el más simpático, ni el más listo, simplemente te tiene que gustar a ti, tiene que complementarte, tiene que hacerte sentir bien.

Hay gente que no puede darse cuenta de que quizás el amor de su vida está delante suyo. No se puede dejar pasar las oportunidades que la vida te da, “lamentarse por lo que no tenemos es desperdiciar aquello que poseemos”.

Cristina Sirvent

Una de les coses, que fa més mal, és quan una persona molt estimada per tu et mira amb decepció, és aquesta mirada que t’entristeix, t’enfonsa dins teu i t’enfades amb tu mateixa.

És aquests moments quan et poses a reflexionar què has fet per merèixer el despreci amb el qual t’han mirat; a la vida mai se sap que passarà i molt menys què faràs tu respecte al que passi, però el problema és que mai sabràs si t’en sortiràs dels problemes i podràs cridar victòria! o cauràs i en algun moment et trobaràs la decepció i el despreci.

És això del que tracta la vida: la vida és un camí que no saps el final i això pot fer una mica de por, però a poc a poc, a partir dels errors, construir un camí estable per poder evitar els problemes i, si caus en alguns de nous, poder-te aixecar.

És difícil construir bé des d’un principi, per això estan les experiències per millorar i rectificar. Llavors serà en aquell moment on crides victòria, on la mateixa persona que et mirava amb decepció temps enrere, t’aplaudirà i et mirarà amb honor.

Marina