Tibidabo
andreaaranda | 21 maig 2015Hace 3 semanas varios amigos y yo fuimos al Tibidabo. Al principio se suponía que iba a hacer calor y cuando me levanté y fui a mirar qué día hacía, vi que estaba muy nublado, pero eso no nos quitó las ganas de ir.
Habíamos quedamos a las 12.00 en la entrada principal para comprar las entradas. La primera atracción fue la Talaia, es una atracción que te permite disfrutar de las mejores vistas de Barcelona, se subieron todos menos Judit, Ruben y yo porque no nos fiábamos mucho de la seguridad que tenía. Mientras que ellos estaban subidos, nosotros pensamos en la siguiente atracción y como estábamos al lado del miramiralls decidimos entrar, nos dieron guantes para que pudiéramos tocar los cristales . Dentro del miramiralls había una sala con muchos espejos y cada uno hacía un efecto diferente, a Judit y a mí nos gustó mucho uno que te sentabas en una silla y en el espejo, se veía como si fueras un esqueleto.
Después de varias atracciones nos paramos a comer un bocata mientras hablábamos de lo que haríamos luego y la mayor parte del grupo quería ir al famoso pasaje del terror que se llama Hotel Krüeger así que, nada más terminar de comer fuimos a hacer cola, cuando estaba delante del hotel dije que no quería entrar y primero entraron 3 amigos. Cuando salieron y dijeron que no daba tanto miedo Judit, Ruben y yo decidimos entrar, todo iba perfecto hasta que en la recepción del hotel pusieron a Ruben y Gerard los últimos de la fila y a Judit y a mí las primeras, nosotras no queríamos ir las primeras y nos fuimos corriendo hacia la puerta otra vez.
Al final del día estábamos todos muy cansados pero, a pesar del mal día que hacía lo pasamos muy bien aunque a Judit y a mi se nos quedo las ganas de hacer todo el recorrido del pasaje del terror y por eso hemos dicho que, en verano volveríamos para cumplirlo.
Andrea Aranda Ramírez