La frase de la pared
| 10 abril 2012Pertenezco a ese grupo de personas que apenas recuerda lo que sucedió el año pasado, pero puedo rememorar, con exactitud, que, a los ocho años, leí una inscripción en una pared en Barcelona: “Los pequeños detalles son los que nos hacen felices y los pequeños actos son los que nos hacen grandes.”
Reconozco que era aún bastante pequeña para entender la frase y profundizar en el significado de sus palabras, pero la memoricé, la apunté en el envoltorio de un caramelo de menta y la guardé en el fondo de mi cajón, junto con mis más preciadas pertenencias. Creo que me llamó tanto la atención porque la propia oración cumplía lo que decía: todo el mundo que reparaba en ella sonreía, feliz. Son ese tipo de nimiedades (leer algo bonito en un muro, oler el aroma de tu plato favorito, sentir una mano que aprieta la tuya…) las que te alegran el día.
Es normal que valoremos más las grandes acciones (como ganar una gran cantidad de dinero o licenciarte en mil y una carreras), ya que estas son las que más se ven, las que más importancia tienen en la sociedad y las que más prestigio dan a la persona. Por ejemplo, cientos de cámaras enfocarían y cientos de fans aplaudirían al actor o a la actriz que ha ganado el Óscar, mientras que la chica que ha puesto un billete de veinte en el sombrero del hombre que toca el acordeón en el metro, pasa totalmente desapercibida.
Por tanto, los pequeños detalles y las pequeñas acciones son, en ocasiones, poco apreciados, pese a que estemos rodeados de ellos. Pienso que no hay demasiadas cosas comparables al placer de oír la lluvia caer mientras estás todavía en la cama, y que no hay nada más satisfactorio que la sonrisa sincera de la señora a la que acabas de ayudar a tirar la basura.
Supongo que lo que realmente deseaba el autor de la frase era demostrar que, a veces, solo necesitas prestar atención y mirar a tu alrededor para sonreír. Si ahora consiguiera recordar la calle donde la vi y pudiera volver a ponerme delante de esa pared, estoy segura de que aplaudiría.
Ana