Un día de risas
| 1 novembre 2011Aquel día en Vilassar fue muy divertido. Quedamos todas delante de la Atlántida, pero tuvimos que esperar a Lucia media hora porque llegó tarde, como de costumbre. Si quieres quedar con ella a una hora en concreto siempre le tienes que decir que venga media hora o una hora antes, porque nunca llega a tiempo.
Cuando llegó le echamos un discursito y nos fuimos al campo de fútbol a ver el partido, pero primero nos paramos a comprar chuches y pipas.
Una vez llegamos, nos sentamos en las butacas y esperamos a que empezara. En la mitad del partido, más o menos, un chico chutó la pelota en dirección para las gradas y Lucia tuvo la mala suerte de que le aterrizó en la cara. Pobrecita, pero en aquel momento me hizo mucha gracia.
Al finalizar el partido, el chico que le había chutado sin querer la pelota, se disculpó y estuvimos un rato hablando con él y sus amigos. Cuando ya se tenían que marchar nos preguntaron el nombre para agregarnos al facebook y en el momento en que Lucia dijo que se llamaba Verde de apellido, se rieron mucho y le dijeron que si también se llamaba amarrillo y se fueron riendo.
Pobrecita aquel día había tenido muy mala suerte, pero después se acabó riendo con nosotras de las cosas que le habían pasado.
Andrea Fernández
Andrea,
Un bon episodi de felicitat compartida. M’ha agradat.
Està força ben construït, tot i que en alguns moments sembla que podria haver estat més elaborat. S’entén, resulta planer i directe. Bé.
No paris!
Josep Maria