Frustraciones
| 19 juny 2011Últimamente tengo demasiadas ganas de vivir. Y diréis, -No, las ganas de vivir nunca son demasiadas, no es nada malo…- Pues para mí sí lo es. Porque me frustro, me frustro porque quiero hacer muchas cosas y no tengo tiempo para ellas. Quiero viajar, gozar, vivir cantando, saltando, bailando, gritando, corriendo, sonriendo, conociendo y aprendiendo, y conociendo y aprendiendo y aprendiendo y aprendiendo. Me frustro porque mientras sueño con todo ello estoy encerrada en una habitación de cuatro paredes perdiendo el tiempo, un tiempo que tendré que recuperar, frustrándome y temiendo no poder hacer nada de ello, temiendo tener una vida condicional, aburrida y rutinaria que veo acercarse. Temiendo la posible vida futura entre los barrotes de un trabajo.
Celia