Una infancia llena de colores
lidiacalvet | 29 octubre 2014El otro día, se nos ocurrió ir a visitar la escuela donde íbamos antes, a mirar si alguna cosa había cambiado, si las personas habían cambiado con el tiempo. El tiempo pasa, y cada vez que te haces más mayor, más rápido pasa.
¿Quién no ha escuchado nunca estas palabras salir de la boca de un abuelo o de una abuela “hace dos días erais…” o bien “aún me acuerdo que era ayer cuando…”? Yo ya creo que es una cosa común, podríamos llegar a decir cotidiana. Pero en realidad tienen razón, el tiempo pasa. La vida pasa, y nosotros pasamos con la vida. Cada vez nos hacemos más mayores y poco a poco nos vamos dando cuenta de que los años pasan más rápidamente en un abrir y cerrar de ojos. Aquella visita, fue como viajar al pasado, a cuando aún íbamos a primaria. Era tan fácil aquella vida… Empezábamos a tener nuestras primeras dificultades, las primeras peleas con los padres, empezábamos a estudiar, a tomar decisiones.
Era sexto de primaria, día 20 de junio de 2011. La despedida de los alumnos había empezado. Era el día de llorar, de expresar nuestros sentimientos hacia los demás. Era un día digno para recordar toda la vida. Estábamos todos allí, esperando a que dijeran nuestro nombre para salir a buscar un par de regalos que hicimos nosotros mismos a lo largo de todos los años que estuvimos en parvulario y en primaria. Todos los profesores estaban allí. Nuestros tutores fueron a coger el micrófono y empezaron a decir “Este es el final de una etapa de vuestra vida, y el principio de otra nueva”. Esta frase siempre la voy a recordar. Fue una frase que me marcó mucho, una simple frase marcó un antes y un después.
Fuimos a ver a nuestra ex tutora, i nos comentó: ¿os acordáis el día de la despedida que estabais todos con un miedo encima por empezar el instituto? Y miraos ahora, a punto de acabar otra etapa más… Me dio pena tener que recordar lo mal que lo pasé, porque iba con mucho miedo. Era un reto para mí, pero me doy cuenta que poco a poco lo he superado.
Creo que hice bien en ir otra vez a la escuela en la cual pasé mi infancia, muchos recuerdos estaban allí, en esas aulas de colores y esos profesores.
Eran otros tiempos, éramos simples críos que corríamos dando vueltas por el patio en una vida llena de juegos, colores y alegrías, sin preocupaciones. Ahora ya estamos a punto de acabar la ESO, es la misma vida, pero con distinto punto de vista. Ya tenemos nuestros propios problemas y nuestras preocupaciones, y tenemos que empezar a afrontarlas.
Lidia Calvet