Un libro donde escoges portada
| 27 novembre 2012Digamos que preferimos empezar por la primera página, sin saber cómo es la portada ni la ilustración que aparece (a veces te delata ya de qué va el libro, vamos a ser arriesgados esta vez). Empiezas a leer y ves que es bastante aburrido, primero tienes que aprender y descubrir, algo bonito pero largo. Sigues pasando páginas y ahora es cuando encuentras el sentido de las cosas y a relacionar conceptos; como cuando una palabra está dividida en dos, luego la juntas y ves lo que hay en ella.
Te emocionas al ver que este libro es de lo más interesante y no dejas de leer. Te apresuras… Llegan a advertirte que tienes que dejar un poquito para cada día, ir despacio y leyendo bien (es ahora cuando el libro es difícil de leer y tu no lo sabes, ni si quiera te das cuenta). Descubres tantas cosas que aprendes de ellas y experimentas de golpe, te das mil y una hostias y aun así sigues leyendo, no aprendes aun… Puede que no haya llegado la página indicada.
Lees el sentido de las lágrimas de tu personaje, experimentas el dolor y el amor a la vez, sonríes cuando algo es increíble de verdad y ya sabes cuándo parar de leer y cuándo seguir
“Lees el sentido de las lágrimas de tu personaje, experimentas el dolor y el amor a la vez, sonríes cuando algo es increíble de verdad y ya sabes cuándo parar de leer y cuándo seguir” |
Capítulo 16, encuentras la palabra “madurez” y hay tres páginas seguidas de su definición… ¡Vaya!. Ahora no te emociona tanto el libro, te lo ha fastidiado todo, no te ríes a carcajadas con sólo leer un “hola”, ni te enfadas de golpe con leer algo decepcionante. En esta larga definición te hacen ver lo que querían decirte en capítulos anteriores… Estas páginas te abren los ojos. Lees el sentido de las lágrimas de tu personaje, experimentas el dolor y el amor a la vez, sonríes cuando algo es increíble de verdad y ya sabes cuándo parar de leer y cuándo seguir (aunque a veces se te escapa alguna página de más y das un pequeño tropezón).
Pasa el tiempo y no has dejado de leer, ya no es tan emocionante, aparece la palabra “adulto” y al pie de la página aparece “responsabilidad”. Estos capítulos son largos, entretenidos y algún que otro pesado, pero has aprendido del todo a leer solo un poquito cada día y es aquí cuando encuentras la felicidad en lo más simple.
Llegan ya los últimos capítulos, notas la debilidad de las palabras y en tu mano izquierda el peso de todo el libro que has ido leyendo. Ahora es cuando ya lo tienes todo destapado, todo leído o a lo mejor casi todo, siempre hay algo que aprender… Cierto. Conoces bien a tu personaje, a los secundarios y a los que han ido saliendo, te acuerdas de muchas de las cosas que has leído aunque en otras la memoria te falla un poco, sabes qué capítulo te ha gustado más y el que menos y tienes un gran aprecio incluso a algún que otro personaje.
Estás en la última página, y hay una posdata en una página en blanco que dice: este libro, es único.
La portada naturalmente no estaba en blanco, aparecía una bonita foto con el título de un precioso nombre. En la portada de este libro sí que aparece algo que delata claramente su contenido.
Laura