Un día extraño
carlamarco | 12 octubre 2014Una mañana de invierno mi hermano, mis padres y yo nos fuimos a esquiar a Lleida. Nos levantamos muy pronto aproximadamente a las 7:00h, íbamos con tiempo para que no se hiciera de noche y llegáramos bien. Paramos a comer a un restaurante que había de camino al hotel donde nos íbamos a alojar. Quedaban unas hora para llegar y ya empezaba a hacerse de noche, cosa que preocupaba a mi padre que era el que conducía, ya que decía que era mejor ver las ultimas curvas del camino con claridad, cinco minutos después empezó a nevar y todo empezó a complicarse; las cadenas del coche que mis padres habían puesto se rompieron a causa de la nieve y de algunas piedras que habían por allí. Ya sin cadenas en el coche, casi no podíamos avanzar.
Por esa carretera no pasaba nadie que nos pudiese ayudar, entonces mi madre probo de llamar al los del hotel para que no dijeran qué podíamos hacer, y desgraciadamente en aquellas alturas de la carretera y con ese temporal no había línea telefónica, ya nada podía ir peor, pasamos más de media hora parados dentro del coche hasta que finalmente mi madre consiguió comunicar con las personas del hotel para que nos ayudasen y le cogieron el teléfono, mi madre les explicó el problema que teníamos y ellos rápidamente nos enviaron a unos chicos para que nos vinieran a recoger con una maquina quitanieves. Cuando llegaron los chicos ayudaron a mis padres a dejar el coche un poco apartado de la carreta para que el día siguiente lo pudiéramos ir a buscar ya que en esos momentos era imposible. Mis padres, mi hermano y yo nos subimos en aquella gigante maquina quitanieves que en muy poco tiempo nos dejo en el hotel y finalmente pudimos disfrutar de una relajante semana de esquí.
Carla