Despiste ocasional
| 4 maig 2013Me desperté una mañana muy contenta, me fui a la ventana y vi que el sol brillaba con todas sus fuerzas. Era el típico día de verano que hace un calor que te mueres, esos días que la playa está llena de gente, que ni te puedes mover, madre mía como odio la playa. Bueno lo que decía, como era un día soleado y todo eso, decidí llamar a mis amigas, las “Titis”. Las Titis son unas amigas que tengo en mi antiguo colegio, jo, como las echo de menos. Pues eso, las llamé y les dije que les parecía pasar el día todas juntas en la Isla Fantasía. Sin pensarlo me dijeron todas que sí. Mucha gente dice que sí a las propuestas de sus amigos solo para quedar bien, pero yo sabia que las Titis se morían de ganas de ir.
Quedamos todas a las 10:00 de la mañana en la puerta. Yo soy siempre puntual, pero ellas no. Llegaron unos veinte minutos tarde, jo, como odio las personas que llegan siempre tarde. Al fin llegaron, las vi a todas andando con sus fabulosos bolsos divinos y eso, esos bolsos que te cuestan un pastón, donde simplemente pagas la marca, que rabia me dan. Yo solo llevaba una típica bolsa para ir a la playa, la cual me costo 5 euros en el mercadillo.
Una vez dentro, decidimos dejar los bolsos, mi bolsa y las toallas en las taquillas. Estuvimos unos diez minutos intentando poner todos los chismes dentro de aquel diminuto “armario”. Fue bastante difícil, ya que se caían las gafas, la crema solar y esas cosas. Pero al fin lo logramos, jo, que ganas tenía de tirarme por los toboganes. Primero de todo fuimos al tobogán más alto del parque acuático, tengo que decir que me encantan las alturas. De repente oí una voz que salía de la boca de Anna, una de las Titis, la típica rubia, ojos verdes, holandesa y todo eso. A Anna le daban pánico las alturas, así que decidió quedarse abajo. Jo, yo quería tirarme con ella en el tobogán. Subimos las otras Titis, mientras Anna se quedaba abajo observando, nos tiramos por el tobogán, disfrutando como unas niñas de cinco años, que divertido fue! Una vez abajo, no vimos a Anna, así que decidimos buscarla por todo el parque. No podíamos llamarla porque todos los móviles estaban en las malditas y pequeñas taquillas. Estuvimos todo el día buscando a Anna, pero a la vez nos íbamos tirando por los toboganes, sin preocupación ninguna. Pasaban las horas y Anna no aparecía.
Cuando llegó la hora de marchar, milagrosamente vimos a Anna esperándonos en las taquillas. Jo, que alivio y descanso me dio al verla. Fuimos hacia ella, y nos contó que cuando estaba esperando debajo del ”Kamikaze”, se encontró a un viejo amigo. Decidió irse con él y dejarnos solas.., tirándose con él por los toboganes y esas cosas. Anna me dejó sin habla. Al fin cojimos todos los chismes de las taquillas, cojimos las puerta del parque y nos fuimos para casa. Anna se disculpó ante nosotras por lo sucedido, pero las otras Titis no le dimos importancia, ya que son cosas que pasan el la juventud, la adolescencia y toso eso.
Paula