LA TERTÚLIA DEL QUART PIS

El jueves de la semana pasada los profesores nos sacaron a pasear por Barcelona, más concretamente por el Salón del Enseñamiento, donde según ellos “resolveríamos cualquier duda sobre nuestro futuro académico”, pues bien, salí de ese sitio con más dudas que respuestas.

Hice un test algo extraño para saber cuál era la profesión o estudios más idóneos para mí. Empresariales, empezábamos bien. A mí lo que realmente me gusta es el arte, pero claro, a no ser que seas un Salvador Dalí o un Pablo Picasso, mucho dinero no es que vaya a ganar, y sinceramente, con los tiempos que corren, prefiero hacer un trabajo que no me guste y tener suficiente dinero para poder vivir, que no hacer algo que me guste y vivir debajo de un puente.

Fui a ese salón con las ideas muy claras; mirar información sobre empresariales, ADE o arte y a ver cuál era la que tenía mejor pinta. Pero me empezaron a decir que si no sé qué de Derecho, que si no sé qué de bachillerato, que si no sé qué de matemáticas…  Aún no había pasado ni media hora que habíamos llegado y ya tenía la moral por los suelos, eso sí, tenía un bolígrafo, un cubo de rubik, un colgante para las llaves, y una bolsa verde de la Universidad de Barcelona.

Creo que lo hacían a propósito, nos remueven el cerebro con palabras de mayores tales como, compra-venda, marketing,  y luego nos dan bolis. Muchas gracias por ese boli, con él apuntaré mi nombre en la cola del paro.

Había entrado con tres opciones, y salí con mil y una. Que si azafata de vuelo, que si peluquera, que si periodista, que si suicidarme… Ciertamente lo de azafata me convenció, no sé si sería por el uniforme azul marino con el pañuelo rojo a juego con los tacones, pero me lo planteé seriamente. Pero al final, creo que estudiaré ADE ( Administración y Dirección de Empresas), ya sé que hay mucha gente que ha estudiado eso, y que si ellos no tienen empleo tampoco lo voy a tener yo, pero al menos es algo.

Con lo fácil que era todo cuando teníamos 6 años… tu única preocupación era de qué color pintar la cara y los brazos de una persona cuando no tenías color carne;  ¿naranja, o rosa? Yo siempre lo dejaba de color blanco, ¿para que iba a complicarme la vida?

Y ahora, sin darnos cuenta, se nos está complicando todo muy rápidamente, y si no cambiamos el chip, lo tendremos crudo.

Cristina