Un día de lluvia
| 26 maig 2012Miras al cielo y está negro. No se ve el color azul, no se ve el sol, todo está totalmente tapado por una capa horrible de nubes. Parece que va a llover. Ves como cae un gota fría de agua en el tejado del vecino. Piensas que has de cerrar todas las ventanas para que el agua no entre, pero no puedes, la lluvia ya te ha atrapado. Esa cantidad de gotas cayendo sin parar, dejándolo todo mojado, borrando todo rastro del pasado… la lluvia se lo lleva todo, incluso tu mente, te la hace dejar en blanco.
“Lo único que me gusta de la lluvia son las mañanas siguientes, cuando todo está perfecto” |
Odio la lluvia, siempre la he odiado. Odio el ruido que provocan las gotas cuando caen en el techo prefabricado de plástico de la vecina a las tantas de la madrugada. Parece que estén cayendo bombas y me pone de los nervios. Odio, también, el ruido de los platos decorativos, que con una mínima ráfaga de viento despiertan a todo el mundo.
Pero al día siguiente, cuando te levantas y el cielo está más bonito que nunca, de un color azul turquesa que te pasarías horas mirando, todo ha dejado de ser horrible. La lluvia se ha transformado en un día fantástico. Lo único que me gusta de la lluvia son las mañanas siguientes, cuando todo está perfecto.
Sandra