La Massa
| 19 maig 2012El pasado domingo, como ya sabréis, en el teatro “La Massa” se hacía un espectáculo para recaudar fondos con el objetivo de abaratar un poquito el viaje de fin de curso a Berlín.
Yo participaba en la función, de hecho era uno de los presentadores, por lo que me tuve que aprender un guión y ensayar todo lo posible para que saliera bien. Aunque yo no voy de viaje acepté ya que el teatro es algo que no me desagrada, la verdad es que subirme a un escenario delante de un público y decir cuatro cosas mola y todo. Ha sido una pequeña pero bonita y diferente experiencia que aun no había vivido hasta ahora. He tenido la oportunidad de ver una función de teatro por dentro, su funcionamiento y su preparación, en vez de verla sencillamente sentado en una butaca de la platea. Se puede ver el trabajo de las personas que siempre “están detrás”, esas que no se ven pero que son las más importantes, se aprecia también los nervios y la tensión de los “actores” y, por supuesto, de esos “que están atrás”. Aunque yo creo que lo mejor de todo es la alegría del final, cuando se baja el telón y todo ha salido bien dentro de lo que cabe y los conocidos espectadores te dicen que les ha gustado, sin pasar por alto esa sensación de que te quedas con ganas de más.
Por último quiero decir, a esas ciertas personas que me han dado las gracias por haber salido a actuar, que ha sido un pequeño placer para mí haber podido disfrutar de un bonito domingo en el teatro.
(Por cierto, ya me podrían haber devuelto el sombrero de paja, que ya viene el verano y me haría falta, aunque estaba lleno de polvo, todo el año sin usar.)
Saúl Lara López de Mota