Díselo
| 30 març 2012Se levanta y piensa en una excusa, una excusa para decirle a su madre y poder quedarse en casa. Finge que le duele la cabeza y que no se encuentra bien para ir al colegio. Su madre piensa que es mentira, lleva demasiados días diciendo que se encuentra mal. Le dice que se tome una pastilla y que vaya hacia el colegio enseguida.
Es la hora. Tiene que ir a ese sitio donde nadie le aprecia, todos le insultan y le pegan. Está a punto de pisar el infierno, el infierno de la humillación. Intenta llegar tarde para sufrir lo menos posible. Está harto, piensa que no ha hecho nada para merecer todo lo que esos niños le hacen. Tiene miedo, miedo de decirle a alguien lo que le pasa, no quiere que por eso, por defenderse, le hagan más daño. Se siente tan dolido, tan triste, tan humillado, que incluso piensa que su vida no tiene sentido, piensa que no sirve para nada, que molesta, que no quiere seguir viviendo.
Si te sientes o te has sentido alguna vez así, no lo escondas, díselo a tus padres, a tus profesores, defiéndete. Luchemos contra el bullying.
Sandra
Sandra, de forma directa i planera, fas una interessant descripció dels sentiments d’algú que es troba ofegat i perseguit per un entorn escolar hostil. Deu ser insuportable!
M’ha agradat.
Segueix!
Josep Maria