¡Te haces mayor, pequeñín!
lauramorales | 23 març 2012Recuerdo perfectamente ese día. Prácticamente toda la familia en esa sala de espera, de paredes blancas pero con un original suelo embaldosado y dos ventanas que daban a una calle secundaria, poco transitada para ser de Barcelona. Especialmente por una de esas dos ventanas entraba un alegre rayo de sol que dejaba desnudos nuestros sentimientos, unos sentimientos que todos intentábamos reprimir para no alterarnos los unos a los otros. Aquél iba a ser uno de los días más esperados por todos, seríamos uno más en la familia.
Particularmente nunca había vivido una experiencia de este tipo, así que no sabía muy bien cómo actuar. La espera se hizo eterna. Desde la sala se podían apreciar llantos de recién nacidos y recuerdo con exactitud cómo mi abuela se levantaba en cada uno con una media sonrisa dibujada en su rostro esperando que uno de ellos fuera el tuyo.
En cuanto vino la enfermera, nos pusimos todos en pie, aliviados y felices escuchamos: “Ya podéis ver al pequeño”.
Mi abuela se adelantó, como en todo, pero yo puedo decirte que fui la segunda en verte.
Tendrías que haber visto la cara de felicidad de tu mamá cuando te tenía en sus brazos…
Una vez estabas limpio y cambiadito te llevaron a una sala ya más grande, con mucha más luz, cosa que no te gustó nada; no te atrevías a abrir los ojos. Te dejaron en manos de la yaya, la cual te prometo que no dejaba de repetir lo precioso que eras.
En escasos minutos decidiste echar una ojeada al mundo que te esperaba con los brazos abiertos pero que era totalmente desconocido para ti. Y fue en ese preciso instante cuando pude ver tus ojitos, indefensos ante la luz que entraba con fuerza por la ventana, y sin pensármelo dos veces te puse la manita en tu frente. Fue entonces cuando pudiste ver con claridad a dos personas que apenas respiraban a fin de no perderse ni un gesto o movimiento tuyo.
Enseguida te tuvimos que devolver con tu mamá, la cual ya estaba algo más descansada y loca por tenerte encima de su pecho y no soltarte nunca más.
Ese día fue el 28 de Marzo de 2008, y como puedes ver, no lo he olvidado ni creo que lo vaya a hacer nunca. Fue un día muy especial que tengo aún muy presente, a pesar de que en seis días me vayas ya a cumplir cuatro añitos, renacuajo.
Lo único que pido es que jamás pierdas esta sonrisita de pillo que te caracteriza o esta mirada tan tierna y llena de felicidad que siempre te acompaña.
Porque con el paso de los años, te darás cuenta que cada vez te costará más guardar estos pequeños tesoros, pero tranquilo, yo te ayudaré a conseguirlo.
Por último, te prometo que me encargaré de que nunca olvides estos versos:
“Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
cómo a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos. (…)
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.”
GOYTISOLO.
Laura Morales Moreno
Oooh que maco Laura, m’ha agradat molt