Después de todo
| 21 setembre 2010Se siente ligera, casi flotante. Finalmente se ha graduado! Ahora comienza la vida real. Un puesto de trabajo. Dinero. Participar en la sociedad. Independiente. Espíritus buenos. Aprieta el acelerador del coche con mas fuerza, emocionada por lo que esperaba en el futuro.
Pasa por un puente y es cuando ve muchos cuervos volando sobre su coche. Ella odia a los cuervos, el día que fue enterrado su abuelo (cuando era una niña), se sentó en silencio, llorando en el cementerio, triste, y los cuervos la observaban. Algunos giraban la cabeza, y se levantaban sobre sus pies. Otros tomaban las alas y volaban hacia ella, con grandes sombras.
Coches tocan la bocina, suena el freno. Mueve el volante para desviar un vehículo que se acercaba. Madre mía!
¡Qué trágico, al comienzo de un futuro prometedor, un accidente mortal para ella! Todo se termino antes de que comenzar, o al menos eso parecía.
Mira a través del parabrisas y ve una luz brillante. Regularmente escucha la alarma de la ambulancia.
De repente desaparece de las carreteras, los cuervos desaparecen. La luz brillante ya no se ve y ya no se escucha el sonido de la ambulancia. Esta sobre una superficie blanda. En una cama, parece ser que solo fue un sueño.
Es consciente del dolor punzante en el brazo, dolor en la nariz y dolor pesado por golpes en la cabeza. Una sensación de malestar se ha extendido como una ola a través de su cuerpo. Sólo entonces se dio cuenta, por la olor: olor a hospital!
Sorprendida, abre los ojos. Un hombre enmascarado aparece en su visión, ella lo observa. Es obvio que algo pasó.
Se siente desorientada en ese extraño lugar donde ni siquiera sabe cómo llego.
El médico personal entra sin llamar, un médico extranjero interfiere con ella. Le dice que ha estado en peligro.
Ella se limitó a preguntarle al doctor lo que había sucedido, pero él le dijo que no hable y que duerma.
Le hizo caso, cerró los ojos los ojos lentamente hasta caer en un sueño profundo del cual nunca quiso despertar…
Kiana Beijleveld