Los gatos escrupulosos
¡Qué dolor!, por un descuido
Micifuz y Zapirón
Se comieron un capón
En un asador metido.
Después de haberse lamido,
Trataron en conferencia
Si obrarían con prudebncia
En comerse el asador.
-¿Le comieron? –No, señor;
Era caso de conciencia.
SAMANIEGO, Félix Mª de (2005): Fábulas, Buenos Aires, Ed. Losada.