3.1.1. L’imperatiu socràtic ‘coneixe’t a tu mateix’
Jordi | 8 d'agost de 2020
-<<Óyeme, Eutidemo –díjole-: y a Delfos, ¿has ido ya alguna vez?
–Sí, a fe, y aun dos veces, respondió.
-¿Has echado de ver entonces grabado en algun sitio del templo aquello de <<Conócete a ti mismo>>?
-Sí, claro.
-¿Qué pasó, pues: que no se te dio nada de la inscripción o que pusiste atención a ella y trataste de examinarte a ti mismo, a ver quién eras?
–Desde luego que no, a fe mía –respondió-; porque, en fin, eso por lo menos creía que lo tenía bien sabido, que a buena hora iba yo a saber otra cosa ninguna, como ni aún a mi mismo me conociera.
-Y ¿qué te parece, que se conoce él mismo aquel que solamente su propio nombre sabe o aquel que, así como los que van a comprar caballos no piensan que conocen el que quieren conocer hasta que examínan si es dócil o rebelde, i si es fuerte o flojo, i si rápido o lento, y cómo anda de las demás condiciones convenientes y disconvenientes para hacer uso de un caballo, así él, examinado que se ha a sí mismo, a ver cómo anda de cualidades para su uso como hombre, ha alcanzado conocimiento de su propia condición y posibilidades?>>
JENOFONTE (Xenòfon): Memorias, IV, 2, 131
Comentaris recents