26 anys, artista multidisciplinar

Un verano en Senegal. Una mochila con poca ropa. Una cámara de vídeo, otra de fotos, y un lápiz y un cuaderno para sujetar las ideas. Las profundas impresiones de ese viaje iniciático por África de Zuhar se plasman hoy en la instalación Soupir. Una escultura que se infla y se desinfla y una captura de la pantalla de su ordenador mientras edita vídeos de su viaje simbolizan ese vivir en un suspiro continuo de su experiencia senegalesa. “Todo me impresionó, especialmente esa esencia de lo humano, de lo animal, de lo natural, que tal vez aquí estamos perdiendo.” La instalación ha recibido uno de los primeros premios de arte de Caja Madrid Generación 2008, una referencia para los valores emergentes en artes plásticas, dotado con 15.000 euros. “Ahora soy un poco menos pobre, pero el dinero del arte es para el arte, ahora podré afrontar nuevos proyectos.” Natural de Zarautz, la artista guipuzcoana es licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco y máster en Artes Digital por la Pompeu Fabra. “Me gustaría terminar siendo profesora, me atrae la idea de poder enseñar lo que me gusta; para mí la facultad ha sido determinante.” A pesar de su edad, ha merecido ya otras becas y distinciones y tiene obra en el museo Oteiza, pero rechaza el apelativo de artista. “Tiene matices negativos y esnobs que me disgustan. Lo que sé es que es mi trabajo y mi pasión, me da igual que se llame arte o hacer tornillos. Y si tengo algo claro con el arte. es que lo hago para mí; si te olvidas de esto, pierde el sentido.” Encuentra el panorama artístico algo confuso, “a veces, sólo se busca algo que pegue, que impacte, se ha perdido el placer del hacer del artesano”.