Manual de gestión empresarial en tiempos de crisis
Objetivos de este manual
La Cámara de Comercio ofrece a los empresarios, autónomos y a todos los profesionales de Sevilla esta guía práctica de Claves de gestión empresarial en tiempo de crisis. Escrita por expertos en distintas áreas, y sobre la base de preguntas y respuestas concretas, se aborda la gestión financiera, fiscal, comercial, recursos humanos, etc. de los negocios hoy.
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15/02/2010 – 22:30
PILAR JERICÓ – Capitol 33
En aquest moment d’incertesa econòmica tindrem com a convidada Pilar Jericó, llicenciada en Ciències Econòmiques, doctora en Organització d’Empreses i … amb estudis d’especialització a Harvard i a la Universitat de Califòrnia. Pilar Jericó és pionera en els estudis sobre l’anàlisi del talent i la “gestió de la por” aplicada a l’àmbit empresarial. Hi parlarem doncs d’una emoció tan universal com la por. Por del fracàs, por de perdre la feina o de no trobar-ne, por del canvi, por de no arribar a final de mes, por de l’error, por d’assumir riscos. De totes aquestes pors, ens en parlarà Pilar Jericó, que ha escrit diversos llibres i ha fet conferències per tot el món sobre aquests aspectes com a membre de la prestigiosa institució Thinking Heads. Aprendre a gestionar el canvi i les transformacions personals i laborals. Aconseguir treure el màxim rendiment de les pròpies capacitats sense tenir por del fracàs. De tot això, en parlarem amb Pilar Jerico. Pilar Jericó. La por sota control. A “Singulars”. Dilluns 15 de febrer a les 22.25 pel Canal 33.
http://www.tv3.cat/singulars
http://www.pilarjerico.com/
ESPAÑA Y EL MUNDO. YA ES TIEMPO DE PROPUESTAS: ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE
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Santiago Niño Becerra – Lunes, 15 de Febrero de 2010
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Uds. han leído en lacartadelabolsa, hasta la saciedad, que lo que está llegando es una crisis sistémica y que, como en todas las crisis sistémicas, la solución está en lo nuevo, no en lo viejo. Las economías planetarias, pienso, llevan dos años y medio sumidas en un ‘hacer para nada’: primero en una fase de ayudas y estímulos y ahora en una de reformas. Lo continúo diciendo: pienso que la solución no se halla en reflotar algo viejo ni en parchear algo roto, sino en poner en marcha una cosa nueva: un nuevo modo de hacer las cosas, nuevo modo que, como también han leído, se basará en la eficiencia, pero antes tenemos que pasar la crisis, inevitable, que se nos está viniendo encima. Lo que viene a continuación son una serie de propuestas: la 3ª Fase: actuaciones que sanearán la Economía y prepararán la puesta en marcha del nuevo modelo, pero que no curarán, y no lo harán por la sencilla razón de que la curación es imposible: a este organismo sólo le salva un trasplante. De entrada todos los países deben tener muy claro que esta crisis es mundial, por lo que la salida debe ser mundial, no nacional. Las economías de la UE -representadas por técnicos, no por políticos- deberían sentarse a una mesa y tomar medidas de índole exclusivamente general, todo lo adaptadas que se quiera a las situaciones particulares de cada país, pero generales y de obligado cumplimiento, sin excusas ni excepciones.
– La UE, USA, Japón, China, y todos los grandes países productores de commodities habrían de coordinar medidas, planificar necesidades y asignar recursos, dejando a un lado posturas nacionales. En esa coordinación debería ponerse sobre la mesa todo, absolutamente todo, es decir, nadie se debería guardar nada en ningún bolsillo de ninguna chaqueta.
– La porquería que las entidades financieras tienen en sus balances debe salir a la luz: toda la porquería, y a la vez. Los accionistas de esas entidades, si los tienen, deberán enfrentarse a las consecuencias de eso, ellos solos. Las entidades inviables deberían ser intervenidas por los Estados pero bajo la coordinación del grupo de técnicos que se ocupasen de la gestión. Los saldos de los diferentes tipos de cuentas serían congelados y regulados. Se forzarían las absorciones y las fusiones de entidades financieras.
– Análisis detallado y conjunto a nivel de países de las deudas públicas y privadas de cada economía. Petrificación de deudas, determinación de posibilidades reales de pago. Organización y favorecimiento del trueque de bienes y servicios entre países y compañías con fijación de valores de cambio. Establecimiento de un clearing de deudas a nivel de países, empresas y familias.
– Acelerada puesta en marcha de la trazabilidad de bienes y servicios implementando toda la tecnología que sea conveniente. Determinación de qué actividades y de qué compañías son necesarias, eficientes, útiles y cuales no lo son, y eso en todos los subsectores, sin excepción. Determinación de sus costes, de sus necesidades de población ocupada, de sus excedentes de mano de obra. Absolutamente toda la operativa económica deberá girar en torno a la idea de que ‘lo necesario es lo importante’.
– Las compañías estratégicas deberían ser intervenidas por técnicos dependientes del grupo de control, pero únicamente aquellas que sean estratégicas, por ejemplo, las prestadoras de servicios logísticos, si; las que se dediquen al diseño de software para descargarse tonos en el teléfono móvil, no.
– Eliminación de la imposición directa y puesta en marcha de un impuesto sobre el gasto con tasas negativas para aquellos bienes que sean declarados básicos y esenciales. La estructura de ese impuesto debería ser idéntica para todo el planeta al igual que la implementación de esa reforma fiscal; los tipos podrían ser temporalmente distintos en función de las características de cada país, pero siempre según lo determinado por el organismo técnico.
– Análisis detallado de la productividad del gasto no sólo de su cuantía y antes, incluso, que esta; es decir, ¿se gaste eficientemente lo que se gasta?.
– Puesta en marcha, por una única y definitiva vez, de una amnistía fiscal a nivel planetario a cambio de una tasa única que podría equivaler al tipo del impuesto sobre el gasto en su modalidad de bienes intermedios. Una vez agotado el plazo para la regularización, eliminación de todos los paraísos fiscales sin excepción, también persecución del fraude fiscal hasta sus últimas consecuencias más allá de fronteras y legislaciones particulares; a la vez, eliminación de estructuras legales dedicadas a la disminución de los pagos fiscales, tipo SICAVs y similares. Posiblemente lo que se conoce como ‘secreto bancario’ debería ser eliminado, al menos durante el tiempo que dure la salida de la crisis.
– Eliminación del concepto de ‘economía sumergida’ gracias a la persecución contra el fraude y a la amnistía y a la simplificación fiscal. Favorecimiento de la fusión de pequeñas unidades productivas que sean viables.
– Creación de un subsidio de subsistencia generalizado que aglutine diversos conceptos: rentas de inserción, pensiones mínimas, etc., que verdaderamente permita la supervivencia.
– Los mercados de trabajo -el mercado de trabajo- debería ser exhaustivamente vigilado a fin de que se cumpliese la legislación -global- sobre seguridad, higiene, jornada máxima y descanso periódico, así como el cumplimiento del contrato firmado. Los salarios serían decididos en el seno de cada compañía y en su determinación jugarían criterios técnicos de valoración del puesto de trabajo, también el tipo de contrato. Es presumible que la contratación temporal así como la modalidad de contrato a tiempo parcial aumentarán, este tipo de contratos deberán ser muy vigilados a fin de que se cumpla a rajatabla la legislación, pero no frenados ni desincentivados ya que ‘la ocupación’ se formará de la suma de muchos trocitos de ocupaciones personales.
– Favorecimiento de la colaboración entre compañías, tanto públicas como privadas o mixtas en aquellos ámbitos que generen sinergias y ventajas. Desdemonización de los oligopolios, más aún, fomento de los mismos en aquellos casos en los que su existencia incremente la eficiencia. Involucración de las grandes corporaciones en la administración y asignación de recursos.
– Facilitar en todos los aspectos (legales, logísticos, …) el desarrollo del Tercer Sector. El grupo de técnicos debería involucrarle en la gestión, tanto estratégica como del día a día de la protección social (lo que vaya quedando de ella) a nivel local y nacional y transnacional. Favorecer la colaboración entre las entidades del Tercer Sector, los Estados y las corporaciones de modo que se administre de la forma más eficiente posible los fondos con que se cuenten.
Evidentísimamente esta lista no es exhaustiva, ni cerrada, ni definitiva, ni su redactado actual es el que debería ser. Y, como antes decía, las medidas en ella detalladas no arreglan nada: constituyen, tan sólo, un conjunto de propuestas para atravesar el desierto de la crisis sistémica en la que estamos a punto de entrar a la que se diluyan, a mediados del 2010 las ayudas ya puestas en marcha, y a la que se compruebe que las reformas son inoperantes.
Que las propuestas contenidas en esta lista implican un empobrecimiento generalizado, cierto, pero pienso que por el camino que ahora vamos ese empobrecimiento sería muy superior. Y sí, suenan a ‘economía de crisis’, pero es que, ¿saben?, en eso estamos: ante una crisis sistémica.
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Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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http://www.lacartadelabolsa.com/index.php/archivo/articulo/espana_y_el_mundo_ya_es_tiempo_de_propuestas_encuentros_en_la_tercera_fase/
Raúl dijo…
Para Garabís (y para quien tenga interés en leer este rollazo, incluido nuestro anfitrión, el señor Conthe):
He escrito lo que creo haber entendido de lo que me contó ayer mi padre por teléfono. Como me ha quedado un poco largo de más, como la parte que va hasta donde pone EN RESUMEN ya es más o menos sabida, si quieres sáltatela; yo lo he escrito para aclararme las ideas, que te reconozco que a veces me pierdo.
El otro día te dije que lo que finalmente pase en España dependerá sobre todo de lo que entre todos hagamos, lo cual, aunque es menos perogrullada de lo que aparenta, en realidad no es del todo cierto: muchos (tú y yo, por ejemplo) ni pinchamos ni cortamos en todo esto, por lo que lo que nosotros hagamos dará absolutamente igual. Al final solo contará lo que hagan los que tienen los medios y la autoridad para gestionar la crisis, que son básicamente el Gobierno y el Banco de España, vigilados muy de cerca por el resto.
Empiezo: la situación actual de nuestra economía es el resultado de la actitud irresponsable de los sucesivos Gobiernos de España (en concreto, el segundo Gobierno de Aznar, con Rato como Vicepresidente económico, y los dos Gobiernos de Zapatero, el primero con Solbes como Vicepresidente económico y luego con Salgado en el mismo puesto), y sobre todo (al menos, a decir de mi bienamado pater), de la falta de temperamento y de formación económica del Gobernador del Banco de España entre los años 2000 y 2006, un Caruana al que el puesto le vino grande desde el primer día. (Pero bueno, ahí me las den todas, dirá él, ya que hoy está en el Banco de Pagos Internacionales como Presidente, nada menos).
Estos fenómenos dejaron crecer el problema hasta que vieron que la cosa se les había ido de las manos y que aquello no podía acabar bien, por lo que entonces, los más espabilados (y sinvergüenzas) salieron corriendo (Caruana y Rato, se fueron de jefes al FMI) y le dejaron el problema a los más inconscientes (¿de aquí a la champions¿) y al resto de la población.
La situación de nuestra economía, como muy bien indicó nuestro anfitrión en su artículo La conversión de los españoles, se caracteriza por los tremendos “desequilibrios acumulados (elevado déficit público, pérdida de competitividad y desequilibrio exterior, debilidad del sistema bancario…)”.
O dicho con un poco más de detalle:
– España tiene una posición neta negativa con el exterior de en torno al 100% del PIB (un billón de euros, más o menos; una nadería). Es decir, los residentes en España debemos a los no residentes en torno al 100% de lo que produce nuestra economía en un año.
– La economía española tiene serios problemas de competitividad exterior, que se reflejan en un déficit comercial abultadísimo; déficit que sólo ahora en plena crisis se está corrigiendo, aunque a las bravas (estamos tan mal y ha caído tanto la actividad, que hemos limitado muchísimo nuestro consumo e inversión).
– Las entidades de crédito tienen una exposición al sector inmobiliario nacional que es literalmente inasumible, y que, precisamente por ello, antes o después habrá que afrontar.
– Dada la enorme dependencia de la economía española a los ingresos derivados de la actividad inmobiliaria, en el momento en el que la fiesta del crédito se interrumpió, la actividad económica interna simplemente se hundió. Como además las expectativas juegan un papel difuso pero determinante en economía, en cuanto empezó a calar la idea de que el h.stiazo iba a ser de órdago, todo el mundo empezó a organizarse para estar preparado. Los pisitos siguieron sin tener salida en el mercado, pero ahora a ellas se sumaron los bienes de consumo y en general casi todo lo demás. Además, los bancos y cajas, como ya no conseguían colocar sus instrumentos de deuda con tanta facilidad, y además tenían que seguir financiando a los Urbis, Reyal y compañía si querían evitar que se les vieran las vergüenzas con nuevos impagos, simplemente dejaron de prestar, ahogando con ello a un montón de pequeños empresarios (de los de verdad, no nuestro Inmobiliario) que podían haber aguantado el temporal si hubieran recibido la financiación a corto plazo que necesitaban para sus inversiones en capital circulante. En cualquier caso, el desempleo se disparó.
– Una vez que la crisis empezó a tener efecto en el día a día de la gente (el paro es una cosa que no suele pasar desapercibida para quien lo sufre; os lo digo yo, que estoy en paro), el Gobierno de Zapatero, con más bien poco acierto, aunque probablemente sin demasiadas alternativas, utilizó el margen de endeudabilidad de que disponían las cuentas públicas para evitar el colapso de la actividad económica y para proporcionar unos mínimos ingresos a una parte de la población que se veía en una situación extrema (hay otra parte de la población que también estaba, y está, en una situación extrema, -los autónomos- pero estos no vieron un euro y nadie se preocupó por ellos; en todo caso, es importante destacar que esas ayudas no han sido ni remotamente el origen del aumento del déficit público español habido en el último año y medio).
– Como consecuencia de ese gasto público extraordinario y sobre todo del colapso de la recaudación provocado por el derrumbe del burbujón inmobiliario patrio, también las cuentas públicas dejaron de ser motivo de orgullo para el Gobierno, y hoy, tanto el déficit público anual, que ya va por el 11% del PIB, como la deuda pública en circulación, han sido motivo de alarma en los mercados financieros internacionales (como ha señalado el señor Conthe en varias ocasiones, y con acierto). Insisto en que ha sido esto último, la caída de la recaudación fiscal derivada de la caída de la actividad económica (sobre todo de la relacionada con el pisito), lo que ha provocado el vertiginoso deterioro de las cuentas públicas en los ejercicios pasados: una parte del pretendido y tan alabado superávit de las cuentas públicas españolas durante los años de bonanza era sólo una ilusión coyuntural cuya existencia dependía de que la fiesta del crédito continuase indefinidamente.
EN RESUMEN, lo que ha pasado es que, como el dinero era casi gratis en la zona del euro (y en otras zonas monetarias también), las entidades financieras españolas solicitaron ingentes cantidades de financiación a las entidades financieras de la zona del euro que no sabían qué hacer con él (en Alemania, Países Bajos, Francia, Bélgica, etc.), había una carencia de proyectos de inversión rentables, por lo que las entidades de esos países (bancos y cajas, pero también aseguradoras y fondos de pensiones y de inversión) simplemente compraron lo que había en el mercado que aparentemente fuera de calidad: los bonos y cédulas, así como los distintos instrumentos de capital, de las cajas de ahorro y bancos de los países que todavía tenían tasas de crecimiento positivas. Curiosamente: España, Irlanda y Grecia (entonces Portugal, igual que ahora, ni por esas crecía). Ese dinero captado en el exterior se dirigió a lo que parecía ser el sector más rentable de la economía nacional, el inmobiliario, por lo que se procedió a hacer pisitos y pisitos a lo largo de toda España. Cuando fuera de España empezaron las restricciones del crédito, nuestra economía estaba un pelín mal preparada, ya que sólo tenía un buen indicador económico, el de las cuentas públicas, y aun éste era bastante irreal por su gran dependencia de la fiesta inmobiliaria. Y de ahí el h.stiazo.
Hasta aquí, todos de acuerdo. El desacuerdo empieza cuando hablamos de lo que va a pasar a partir de ahora y sobre todo de lo que deberíamos hacer para evitar los peores escenarios
El señor Conthe dice que la situación actual es insostenible y que por ello hay que hacer reformas estructurales para que nuestras empresas ganen competitividad en el exterior. Y también en eso estamos todos de acuerdo: sin competitividad exterior no hay manera de tener cifras de paro razonables ni cuentas públicas -y privadas- saneadas.
La cuestión es cómo lo hacemos.
Su respuesta a esto es que, dado que ya no disponemos del recurso a la devaluación de nuestra moneda, no nos queda otra alternativa que apretarnos el cinturón y purgar nuestros pecados (“Serán precisos recortes del tamaño de las Administraciones públicas -no sólo del Estado, sino también de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos-, aumento de impuestos, reducciones nominales o, cuando menos, congelaciones de salarios y precios, una flexibilización del mercado de trabajo, mejoras del sistema educativo y otros muchos cambios”).
Y ahí mi pater y el señor Conthe discrepan (aunque creo que ni al uno ni al otro les importa un carajo su desacuerdo; el desinterés de mi padre me consta ¿él no sabe que yo estoy escribiendo aquí lo que me cuenta- y el del señor Conthe lo sospecho). En cualquier caso, esto es lo que uno y otro proponen.
Implícitamente, Conthe (y también ppcc, y MAFO, y el Gobierno, y en general todo el mundo que opina sobre esto) asume como cierto que esa deuda de la que hablábamos más arriba, la deuda de España con el exterior, es casi deuda pública, y que por ello hay que honrarla, cueste lo que cueste. ¿Somos un país serio, y pagaremos nuestras deudas¿; dicen que dijo el Gran Timonel.
Sin embargo, eso es sólo verdad a medias. Una parte muy grande de esa deuda con el exterior es, como hemos visto, deuda privada. Una parte muy importante de esa deuda fue emitida por las cajas de ahorros y bancos españoles en los mercados internacionales (sobre todo del euro) durante los años de bonanza con el objetivo de financiar la fiesta interna del crédito, y por eso que mi pater dice (y al hablar de esto se encabrona) que es a esas entidades a quienes sus financiadoras deberían ir a pedir el reembolso de sus deudas, y no al resto de los españoles.
¿Yo, como españolito, les debo a los acreedores internacionales del Reino de España un trocito de la deuda soberana de mi país en manos de no residentes, pero yo no le debo nada a los bancos, fondos y aseguradoras alemanas que compraron la deuda emitida por los bancos y cajas españoles en forma de cédulas hipotecarias, bonos de titulización, o sus participaciones preferentes. Si quieren su dinero, que hablen con ellos, y si no hay suficiente para todos, la entidad tendrá que quebrar e instarse un procedimiento concursal para ver cuánto recibe cada acreedor social QUE NO SEA DEPOSITANTE, que a esos no se los toca¿.
Eso dice, y no le falta razón.
Sin embargo, con esta política del Banco de España de no reconocer la quiebra de ninguna entidad financiera, al final seremos todos los españoles, vía impuestos y mediante los ajustes que propone el señor Conthe, los que pagaremos la fiesta del crédito que de los últimos 10 años.
Pongamos el caso de la única caja (por ahora) que ha sido intervenida por el Banco de España, la Caja de Ahorros de Castilla La Mancha. Si al intervenir CCM, la institución que encabeza el político MAFO hubiera hecho lo que tenía que hacer (es decir, respetar lo establecido en la normativa bancaria y en la concursal) y después de garantizar todos los depósitos de la entidad (pero sólo los depósitos, aunque fuera sin limite de importe si ello fuera necesario para asegurar la estabilidad del sistema) hubiera procedido a declarar la insolvencia de la entidad, una parte de las deudas de CCM tendría que ser renegociada con sus acreedores durante el proceso concursal (pues eso es un concurso de acreedores, un obligar a negociar a acreedores y deudor para ver si aquello todavía es viable, o si hay que repartirse lo que buenamente haya en la empresa en función de los privilegios que cada acreedor tenga).
Ello en cualquier caso derivaría en una quita sustancial en el importe de la deuda (que se comerían los que con tanta alegría financiaron esta orgía de crédito provocando la burbuja inmobiliaria que tanto daño hizo y sigue haciendo). A fin de cuentas, como dice el pater, cuando un préstamo resulta impagado, hay dos que se equivocaron: el que lo pidió, pues no tendría que haberlo pedido, y el que lo concedió, que no tendría que haberlo concedido, y por eso ambos han de asumir una parte de la pérdida resultante.
Es decir, antes de empezar con las subidas de impuestos, con el recorte de pensiones, etc. (que a lo mejor acaban siendo inevitables), habría que empezar por exigir el cumplimiento estricto de lo pactado. Si una entidad de crédito quiebra, se estará a lo que pone el contrato: se garantizan los depósitos minoristas, y el resto de acreedores a esperar la liquidación del haber social.
Con esta política además se les daría un mensaje muy claro tanto a los de fuera como a los de dentro, y a lo mejor así la tremenda lentitud del proceso de limpieza del sistema bancario español daba paso a una oleada de absorciones de las cajas con problemas por parte de las mejor gestionadas (que algunas hay), independientemente de la comunidad autónoma a la que pertenezcan unas y otras.
Tomar esta decisión requería coraje, y por eso simplemente no se tomó; se prefirió optar por la solución aparentemente más fácil: “garantías para todos, que ya pagarán los que vienen detrás”. Por lo que se ve, no solo Caruana es un timorato.
En concreto, en el caso de CCM se optó por rescatar a todo el mundo, incluidos los titulares de las infames participaciones preferentes. Y esto es tremendamente injusto.
Los titulares de las participaciones preferentes, al contratarlas se comprometieron a asumir las pérdidas de la entidad en caso de que legaran a producirse, por lo que ahora deberían verse obligados por el Banco de España a honrar su compromiso. (Cosa distinta es cómo se hizo la comercialización de estos instrumentos entre la gente que no contaba con formación financiera suficiente para entender los riesgos que asumía al suscribir este tipo de instrumento, pero ahí creo que el señor Conthe está mejor preparado que mi amado pater para contarnos qué hizo él como Presidente de la CNMV al respecto).
No hacerlo significa que será otro quien asuma las pérdidas de la entidad, y sumadas las de todo el sistema son cantidades de vértigo. Por eso, antes de las reformas que propone Conthe, empecemos por exigir que cada palo aguante su vela, y dejemos las entidades en apuros lleguen a acuerdos sensatos con sus financiadores.
El dinero público guardémoslo para garantizar los depósitos y asegurar la estabilidad financiera, y dejemos de actuar como el que paga las cervezas de todos los clientes del bar con una tarjeta de crédito que no es suya.
Que aquí o paga quien tiene culpa, o pagamos, de nuevo, los jóvenes, y ya está bien, coño.
No sé si me he explicado, pero intentar lo he intentado, eso que conste.
Raúl
(¿Creen ustedes que el insigne Banco de España del no menos insigne MAFO hará lo que debe hacer o seguiremos como hasta ahora intentando vender la moto de que somos buenísimos y de que aquí nooo paaaaasaaaa naaaadaaa hooombreee? Yo me temo que seguirá el baile de máscaras, vean, vean… Nov 16: Bank mergers in Spain imminent).
06:14 16-02-2010
http://blogs.expansion.com/blogs/web/conthe.html?opcion=1&codPost=56226
Periodismo de opinión en Reggio’s
La nueva generación de los “seiscientos” de Fernando Trias de Bes en Dinero de La Vanguardia
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Pocas veces se ha producido en España una
modificación tan acentuada y rápida sobre la economía, lo que, sin duda, está afectando con una misma intensidad y velocidad a la composición y peso de las distintas clases sociales. Los primeros datos oficiales sobre distribución de la renta y riqueza permiten extraer ya algunas conclusiones.
Por un lado, tanto el PIB total como el PIB per cápita se están reduciendo. Según Eurostat, ambos bajan más rápido en España que en el promedio de países comunitarios. Primera conclusión: vamos a menos y lo hacemos más rápido que la media europea.
Una buena parte de la reducción del consumo ha venido por la reducción de los créditos. La caida de la riqueza, tanto real como psicológica, ocasionada por la depreciación de las viviendas provoca que haya menos alegría para consumir y, sobre todo, menos capacidad de endeudarse ofreciendo activos inmobiliarios como garantía colateral de préstamos personales.
Lógicamente, el segundo origen del menor consumo está en la reducción de ingresos. Sin embargo, las últimas cifras del INE sobre renta disponible no reflejan la cruda situación que se respira en el ambiente. El motivo es doble. Por un lado, los funcionarios y todavía muchos trabajadores fijos han conservado sus empleos, por lo que ingresan, más o menos, una nómina parecida. Y este colectivo tiene un fuerte peso en el cómputo total. ¿Qué hay de la reducción de ingresos de quienes han engrosado las filas del INEM? Es verdad que el paro ha aumentado de forma escandalosa, pero se ha cebado en mileuristas y trabajadores de contrato temporal. Para muchos de ellos el subsidio no ha sido muy inferior al salario neto que percibían. Entre una cosa y la otra, la renta disponible no se ha derrumbado tanto como uno podía esperar.
¿Dónde se ha producido entonces el “agujero”? Pues, por un lado, en el déficit público que el aumento de los subsidios está suponiendo y, en segunda instancia, en las rentas del capital: profesionales liberales y autónomos, muchos de los cuales operan bajo forma de persona jurídica, y, por supuesto, las PYMES.
¿Se ha visto afectada la distribución de la renta? Eurostat publica un indicador muy interesante, el cual mide el número de veces por el que hay que multiplicar la renta de quienes menos ganan para igualar la de quienes ingresan más. Si la cifra es alta, significa más desigualdad. Si es baja, más honogeneidad de ingresos. En España, en 1997, este ratio era de 6,5. Es decir, en promedio, las rentas superiores eran 6,5 veces las inferiores. Con el crecimiento económico, esto se redujo a 5, una indudable convergencia hacia la media europea, pero en los dos últimos años ha vuelto a aumentar con celeridad, confirmándose que, con las crisis, los ricos van a ser algo más ricos y los pobres algo más pobres.
Nuevos colectivos
En este contexto, se están produciendo migraciones entre clases sociales, que se concretan en forma de nuevos colectivos. No son todos los que están ni están todos los que son, pero por mi parte he identificado y bautizado a los siguientes:
1. Los Seat 600.
Son la versión española de los Ninja americanos (No Income, No Job, No Assets). En los Ninja de Estados Unidos (véase Leopoldo Abadía) se originaron las hipotecas subprime, diseminadas luego por medio mundo como producto financiero. Seat 600 es, en el caso que nos ocupa, el acrónimo de Sin Empleo, Ahorro ni Tochos con 600 euros de paro. La prestación máxima ronda los 1.100 euros y la mínima los 490 euros, pero la franja de 600 euros concentra una buena cantidad de parados. Los Seat 600 no tienen trabajo, no pueden acceder a una vivienda de propiedad (lo que vulgarmente llamamos invertir en “tochos”), y tampoco tienen ahorro. Lo más grave es que se nutren del grupo de mileuristas, los cuales bajan en número para engrosar este nuevo colectivo. Representan varios millones de personas que recurren a trabajos esporádicos y sin contrato, economía sumergida pura, supervivientes en toda regla, un verdadero drama social. Entre los Seat 600 hay inmigrantes, pero también los españoles más jóvenes. Esto viene refrendedado por el número de españoles entre 18 y 24 años en riesgo de pobreza, que ha pasado del 17% al 20% en tan sólo un año, según Eurostat.
2. Autognomos.
Los he llamado así porque son autónomos cuyos ingresos están menguando. Su renta tendrá pronto la estatura de un gnomo. Se incluyen profesionales liberales, autónomos y los denominados freelance. Sus ingresos dependían de la subcontratación de servicios de las empresas, que se apoyaban en freelance establecidos por su cuenta. Con la crisis, se han visto, de la noche a la mañana, sin encargos y, lo peor, sometidos a una despiadada presión a la baja de sus honorarios. Reconozcámoslo: también hay gente que ahora aprovecha para apretar las tuercas a sus proveedores. Diseñadores y fotógrafos me explicaban el otro día que ahora los clientes les dicen: “esto me lo hacen mañana mismo por la mitad de precio, tú mismo”. Buena parte de los Autognomos, por su edad y ciclo vital, se hallan hipotecados. Adquirieron vivienda propia entre el 2001 y el 2007 y tienen una hipoteca elevada. Un segundo ejemplo de Autognomos son los transportistas a quienes las empresas convencieron de asumir el leasing de sus camiones y camionetas, y que trabajasen por cuenta propia. Menos producción implica menos logística y estos profesionales tienen que acabar de pagar sus vehículos. Pocos autónomos quedan indemnes de esta tendencia.
3. Pyme versión 2.0.
En este caso, las siglas de pyme vienen de Prestamista y Moroso de mi Empresa. Hablamos de miles de pequeños y medianos empresarios (talleres, mayoristas, comercios, pequeños fabricantes…) que siguen funcionando, pero a quienes han fallado las pólizas de crédito de sus negocios. El banco les ha retirado toda o parte de la financiación a corto, por lo que han tenido que echar mano del ahorro personal para salvar sus empresas. Son los prestamistas de sus propios negocios y, a la vez, morosos de sí mismos. Su cuenta corriente familiar oscila cada mes en función de la póliza mensual del banco con su empresa: kafkiano. Es una clase media-alta que se está empobreciendo o que no dispone de la misma liquidez que antes, reservada ahora para mantener su medio de vida.
4. Nuevos arruinados.
Conforman este grupo todos aquellos vinculados de forma directa o indirecta a la construcción y que han perdido hasta la camisa. Los más afectados son los constructores, promotores y, en menor medida, agentes inmobiliarios intermediarios. No crean que son pocos. Según el INE, en el 2009 los sectores de construcción y actividad inmobiliaria registraron una reducción neta de 46.021 personas físicas y 17.201 empresas. Hubo quien hizo mucho dinero, pero el crac de la construcción les pilló fuertemente endeudados en próximas operaciones inmobiliarias, con lo que perdieron prácticamente todo lo ganado. Algunos los llamaron “nuevos ricos”. Hoy son los “nuevos arruinados”.
Estos son sólo algunos ejemplos de emergentes colectivos que están modificando la composición y peso de las distintas clases sociales. Es información cualitativa, basada en la observación y algunas estadísticas generales, pero hay aquí una interesante oportunidad para los sociólogos: urge un estudio actualizado, con base estadística suficiente, que analice debidamente los cambios en la pirámide de clases sociales y la aparición de nuevas tipologías de ciudadanos a causa de la crisis.
Fernando Trias de Bes. Escritor y economista. Profesor asociado de Esade, especialista en innovación y creatividad.
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http://elcomentario.tv/reggio/la-nueva-generacion-de-los-seiscientos-de-fernando-trias-de-bes-en-dinero-de-la-vanguardia/28/02/2010/