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En toda CRISIS ESTRUCTURAL DEL PISITO:
– la situación SÍ es gravísima para las empresas de los negocietes que mueren y, sociológicamente, para los pillados y triunfadores del Pisito, que, bien visto, son poca gente, relativamente;
– la situación NO es gravísima para los dueños-usureros de las empresas que mueren, porque, como la crisis es estructural, sus fases son muy previsibles (como hemos demostrado nosotros estos años, que hemos acertado con previsiones que parecían inverosímiles a simple vista, como que sí había burbuja, que el turning point sería en 2006 y la recesión en 2008), como la crisis es estructural, digo, o sea, no coyuntural, los dueños de las empresas que se sabía que iban a resultar tocadas tienen sus dineros personales puestos a buen recaudo desde hace mucho tiempo en “los luxemburgos”, e, incluso, dado el alargamiento artificial del ciclo por cobardía, se han permitido el lujazo de simular “pases de suelo” para convertir sus suelos en dinero gracias al crédito de las entidades más ineficientes, que se van a comer dichos suelos en el próximo futuro, como si lo hubieran expropiado carísimo;
– finalmente, la situación SÍ es buenísima para todos los demás.
En especial, la situación SÍ es buenísima para:
– los que mantuvieron la cabeza fría y no se endeudaron de por vida para comprar una mierda de pisito.
– los que ya están administrando negocios en los subsectores de futuro,
Cuando uno viaja a Japón, descubre que los efectos devastadores del derrumbamiento de las burbujas-pirámides inmobiliarias se circunscribe a una generacioón (15 años). En España, pasará igual. Sólo una generación (que llamamos “H”, hipotecada) es la que tiene destruidas sus expectativas. A la generación T (“triunfadores), nacida entre 1949 y 1955, sólo le duele (suponiendo que les quede algo de moralidad) la situación porque los “H” son sus hijos. ¡Haberlo pensado antes, cuando, a finales de los 80s, comenzaron a mofarse de sus propios hijos (“no se van ni con agua caliente, los amilanados estos”)!. Cosificaron a sus hijos para perpetrar contra ellos el robo & saqueo sin complejo de culpa, al más puro estilo “Monstruo de Amstetten”. Ahora, que no vengan con pucheritos.
No hay que dar ni un céntimo de ayuda a nada que huela de lejos al Pisito y su versión política, El Terruñito. Es tirar el dinero.