La obra nos permite disfrutar de la creación de ambientes y personajes en la Barcelona de finales de los años 50. Los personajes son individualizados y adquieren entidad y protagonismo dentro de grupos sociales que contrastan en su vivencia y asimilación de los cambios ideológicos y económicos del momento. Esta evocación no puede separarse de la intención crítica del autor hacia los comportamientos y actitudes, a veces superficiales, de algunos sectores de esta sociedad.
En 1984, Gonzalo Herralde hizo la película de la obra, en cuyo guión participó, junto a Herralde y Ramón de España el propio Juan Marsé.