L’ Ajuntament vota per unanimitat eliminar el gas natural als edificis nous amb l’objectiu que la ciutat 100% sigui lliure de carboni en 2045.
La mesura és molt important perquè trenca la percepció que es té pràcticament a tot el món industrialitzat que el gas és un model energètic renovable per ser molt eficaç i la menys contaminant.
Mucho de lo que ocurre en las ciudades del estado de California se considera vanguardista. Berkeley, conocida por su prestigiosa universidad, dio el martes pasado un histórico paso que podría marcar el futuro del consumo de energía en otros lugares de este país. En una votación que fue unánime, el gobierno local aprobó la prohibición del gas natural en los nuevos edificios.
Que la forma en la que se cocina o se calientan las casas sea con electricidad y no con gas es uno de los pasos más efectivos para alcanzar así el objetivo que se ha marcado esta región de estar 100% libre de carbono en el año 2045, según ha considerado el gobierno local.
Pero la medida es muy importante, además, porque rompe la percepción que se tiene prácticamente en todo el mundo industrializado de que el gas es un puente válido hacia un modelo energético renovable por ser muy eficaz y la menos contaminante de las energías fósiles respecto al carbón y al petróleo. Sin embargo, ahora que se está eliminando el carbón de los sistemas energéticos, el gas aparece para muchos analistas como una inversión errónea de cara a los próximos años.
“Cuando se observan las políticas de electrificación, necesitamos pensar en cómo será la red en los próximos 10 ó 20 años, no cómo era ayer”, ha explicado Pierre Delforge, investigador en el Natural Resources Defense Council, importante organización conservacionista en Estados Unidos.
La medida entrará en vigor en 2020 y más de 50 ciudades en el estado de California están considerando políticas similares en los nuevos edificios.