T-2 Monólogo: “El bolso de la mujer”

Monólogos humorísticos.

El monólogo, o escena unipersonal, es el género dramático en el cual una persona reflexiona en voz alta expresando sus pensamientos o emociones al público.
Constituye la parte de una pieza dramática o humorística que caracteriza a los personajes, por lo tanto tiene una gran importancia psicológica, al ser una de las mejores introspecciones en la naturaleza de un personaje.

Para el próximo día será necesario que presentes tu monólogo, intenta cumplir uno de los dos objetivos o bien que sea un dramático o bien un humorístico.

EJEMPLO:

El bolso femenino (visión masculina)

El bolso femenino, uno de los mayores misterios de la humanidad

Quizás el título de este artículo puede parecer un poco exagerado, pero desde mi humilde punto de vista creo que podría estar en lugar destacado de los mamotretos que podríamos consultar sobre los grandes misterios históricos y/o arqueológicos de nuestro planeta.

(…)

Después de esta breve introducción digna de cualquier sesudo y complejo estudio de una universidad estadounidense y/o británica de prestigio, pienso que debería centrarme en el intríngulis propiamente dicho, que podría resumirse en la siguiente pregunta: ¿La capacidad del bolso de una mujer es infinita? Me sorprendo tocándome el mentón (señal de que mis neuronas intentan conectarse para producir una idea) y me surge otra cuestión al respecto: ¿Existe algún protocolo oficial y consensuado internacionalmente sobre qué debe llevar un bolso obligatoriamente? Vamos, lo que sería unas normas estándar, como unas ISO para el contenido del continente al que nos referimos.

Sí, sí, ya sé, muchos y muchas pensarán que soy un exagerado y que empiezo a divagar, pero es que yo he visto sacar de la chistera, perdón, del bolso, casi cualquier cosa. Intentaré hacer memoria sobre esto. La cosa se complica por momentos, pero intentaré hacer una lista lo más completa posible:

  • Llaves varias con un llavero que podría ser la sandalia artesana de Menorca, por ejemplo.
  • El resguardo de una tintorería (relativo a varias prendas masculinas de un ex novio y que nunca se recogieron porque el tonto aquel no se fijó en el vestido nuevo ni tampoco en el nuevo peinado en un día muy especial, ¿un aniversario, quizás?).
  • Elementos de higiene personal (hasta aquí puedo leer, como decía Mayra Gómez Kemp, sí, sí, la del “Un, dos, tres” que no era ni la Ruperta ni las tacañonas).
  • Kit “tengo casi 30 años y me tengo que quitar años de encima como sea”: con todo tipo de potingues de precios caros y que siempre en el título ponen algo de nutritiva, reafirmante, reconstituyente, antiarrugas, liposomas, avena y no sé qué más.
  • Una rebequita porque nunca se sabe cuánto frío puede hacer cuando el sol se esconde (ui, la última parte suena como el título de una canción de los años 80, ¡qué cursi me ha quedado!).
  • Kit “me pongo guapa en 5 minutos”: peine, cepillo, goma del pelo o pinza para el mismo cometido, pulserita y pendientes a juego, maquillaje, perfume, gafas de sol, barra de labios (normal, con brillo, water proof…), eye liner, rímel, tapaojeras, colorete, pinza para pestañas, etc.
  • El último libro que se está leyendo (o el penúltimo que leíste, porque a lo mejor el último está en la mesita de noche).
  • Monedero (algunos de formas bien extrañas para ser un simple receptáculo para la calderilla).
  • Tiritas de papel de la última visita a la perfumería.
  • Pañuelo de cuello (foulard para los finos).
  • Pañuelos de papel (si son mentolados, son la repera).
  • Móvil (¿con batería de respuesto y/o cargador para el cenicero del coche?).
  • Chancletas, sandalias o zapatos de repuesto (un par a elegir, no los tres).
  • Agenda (con anillas o no) y lápiz o bolígrafo incorporado (¿regalo de alguna convención o conferencia?).
  • Etc.

Seguro que hay más elementos o adminículos que podrían aparecer en la lista pero creo que ya está bien, que no es plan de hacer una lista más larga que los títulos de crédito de El señor de los anillos.

Aparte de todo esto, creo que la peor frase cuando una chica está rebuscando en su bolso algún objeto en particular es: “He cambiado de bolso y me lo he dejado en el que utilicé ayer”. Ante este grave problema yo propongo lo siguiente: meter todas las cosas importantes y/o imprescindibles en otro bolso más pequeño (también llamado “neceser“ para los hombres) y éste introducirlo en el gran bolso, aquel que debe combinar cromáticamente con el jersey, los zapatos, el vestido, la diadema, los pendientes, la blusa, el foulard, la chaqueta, etc. De esta manera siempre llevas “dentro” lo necesario y por “fuera” combina con lo que te interesa.

Después de haber aportado una solución casi “mágica”a este gran problema cotidiano y de índole universal, me retiro a mis aposentos no sin antes amenazar con volver en cualquier momento y para cualquier otro tema.

El bolso femenino (visión femenina)

Por gentileza de Montse R.

El tema “bolso” se ha convertido en un suplicio, que no le quepa duda a nadie. Ya desde que se compra hay que lograr que cumpla con una serie ineludible de características, a saber: bonito, práctico, bien acabado, con capacidad suficiente, que combine con tu ropa y, sobre todo, cómodo. Ha de tener también cantidad suficiente de bolsillos, escondrijos, separaciones y apartados para ubicar con orden la cantidad ingente de cosas sin las cuales no puedes salir de casa. Otro detalle a tener en cuenta, a menudo el último, es que su precio no obligue a contener el más canallesco insulto a la sociedad de consumo.

Según el nivel de pijez de la usuaria se puede iniciar la búsqueda del bolso perfecto en lugares dispares como: tienda especializada, gran superficie, tiendas de todo a 100, tiendas de chinos y mercadillos. En estos últimos, rebuscando bien y sin pretender ir a la última, es posible encontrar modelos aptos para venderse en tienda especializada a precios que fácilmente pueden representar una cuarta parte de lo que allí pedirían.

Para una mujer que se precie es inconcebible salir de casa sin haber conjuntado el atuendo, no sólo con el color de ojos, de día y de zapatos, sino también con el bolso. Este detalle, cansino por cierto, obliga a disponer de una sección del armario, de la entrada, del guardarropa o del perchero dedicada al almacenamiento masivo de estos complementos. Y lo que es peor, obliga a un trasiego incesante de cosas de uno a otro. Éste es uno de los motivos por los cuales la mayoría de las mujeres pasan gran parte de su vida revolviendo en el interior de sus bolsos enseres y adminículos, abriendo y cerrando bolsillitos y cremalleras o volcando el contenido con gestos rayanos en la histeria para asumir, con disgusto palpable, que no encuentran lo que buscan porque se lo dejaron en otro bolso.

En cuanto al contenido merece capítulo aparte. Es obligatorio salir de casa pertrechadas para cualquier contingencia, desde una rotura de costura, a una suciedad imprevista pasando por algún posible ataque de hambre o de aburrimiento. Por lo tanto, no debe faltar:

  • Todas las llaves de la casa, del coche, del apartamento, de la vecina y de los padres (por si te las pide alguien, así no hay que ir expresamente a casa a buscarlas).
  • Pañuelos de papel. Dos paquetes por lo menos. Una nunca sabe cuántos niños con mocos o compañeros resfriados habrá que atender.
  • Toallitas húmedas. Hay suciedades que para desaparecer necesitan el concurso de productos químicos de última generación.
  • Compresas y tampones suficientes por si recibes una visita inesperada y atropellada.
  • Selección de caramelos, chicles y pastillitas para combatir malos alientos.
  • Para la cuestión del mantenimiento: peine o similar, cepillito de dientes plegable con pasta incorporada, colonia o perfume (siempre según el nivel de pijez antes mencionado), crema de manos y kit de maquillaje de emergencia. Este apartado no se cumple en todos los bolsos, al menos la parte final. Depende, como es fácilmente deducible, de las costumbres de acicalamiento de cada usuaria.
  • Según el nivel de conciencia ecológica, una o más bolsas de tela plegables, por si hay que comprar algo de última hora y poder prescindir del decadente y poco glamuroso plástico.
  • Agenda-carpeta que incluya, aparte del dietario, espacio para ejercer de bloc de notas, de archivador de facturas así como de otros documentos necesitados de gestión o trámite burocrático. Ha de incluir un bolígrafo como mínimo.
  • Teléfono móvil, con o sin funda protectora.
  • Kit de costura (en franco desuso).
  • Paquetito de galletas bajas en calorías o manzana, para superar ataques fulgurantes de hambre canina.
  • Tabaco y adminículos de fumador (sólo las que fuman, por supuesto).
  • Libro de turno (sólo las que leen, por supuesto).
  • Lector de MP3, I-pod o artículo afín, que incluya la música sin la que no se puede vivir y la posibilidad de un lápiz de memoria para llevar y traer documentos en formato electrónico del ordenador de casa al de la oficina (también dependiendo de los usos y costumbres de la usuaria).
  • Y por último, el monedero, elemento que podría merecer capítulo aparte. Lo ideal sería que hiciese juego con cada bolso pero pocas mujeres son capaces de soportar tal nivel de traslado de pertrechos en su vida, así que aprovechando la relativa privacidad que ofrece el interior del bolso, se utiliza el mismo siempre. Ha de contener sin falta las siguientes secciones: espacio para los billetes (puede ser escaso); espacio para la monedas (mejor con cremallera); espacio para las cuentas de los comercios que siempre se tiene la intención de revisar y raramente se hace; espacio para las múltiples y variadas tarjetas de plástico sin las que no se puede vivir (incluyendo la sanitaria, la de fichar en el trabajo, la de la biblioteca, la del RACC, la de la asociación X, la de crédito, etc.); espacio para tarjetas de visita que en cuanto te acuerdes tirarás a la basura (contenedor de papel, eso sí); espacio para el carnet de conducir; y exhibidor de fotografías de miembros de la familia.

En fin. Comprenderéis fácilmente la tragedia diaria de miles de mujeres, que se ven obligadas a arrastrar esas maletas de viaje disfrazadas de bolso de mano.

Fuente: http://ericbeat.blogspot.com.es/

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