Este fin de semana debería haber sido una alegría para mi, debido a que eran las fiestas de Gerona i hemos tenido 3 días de fiesta.Pero ha sido todo al contrario , es duro aceptar que mi cachorra de apenas 4 meses ha muerto. Era una perra raza labrador, muy cariñosa y muy inquieta.Por desgracia yo vi como iba muriendo poco a poco por causa de un virus mortal y vírico. El miércoles por la noche se empezó a encontrar mal y a la mañana siguiente mi madre se encontró todo el comedor y el pasillo lleno de vómitos y diarrea.Al principio pensamos que era una simple diarrea y que en dos días estaría bien.Así que no le dimos mucha importancia. Al día siguiente seguía igual, pero hasta no nos asustamos hasta ver las heces deshechas y con sangre.Llevaba dos días sin comer y estaba muy delgada, se le empezaban a marcar los huesos.Otra evidencia de su enfermedad era que vomitaba espuma y encogía mucho el estomago cuando intentaba vomitar. Ese día yo ya me daba cuenta que se estaba muriendo y no pude evitar llorar y ponerme triste. Cuanto más la veía sufrir peor estaba yo, entonces mí madre me vio llorar y me dijo que si se moría tenía que aceptarlo, que ya era lo suficiente mayor como para entenderlo; que debía aceptarlo.Entonces me animé a mí misma y me dije que tal vez sobreviviría. Hasta acompañe a mí madre cuando fue a llevar a mí perra al veterinario, al día siguiente por la tarde.Ella ya había llevado la perra por la mañana y le habían inyectado un protector de estomago y alguna cosa más. Le habían dicho que estuviera 24 horas más sin comer ni beber agua. Ella no se lo creía , ¡si la perra estaba en los huesos!, pero pensó que tal vez se pondría bien. Así que le hizo caso y por la tarde volvimos.Entonces nos dieron la mala noticia, se estaba muriendo, debíamos llevarla al hospital porque tal vez mañana estaría muerta. Pero mi padre, un compañero que entiende de perros, le dijo que no la llevara al hospital; que si le intentaban cortar la diarrea y después los vómitos, no lo aguantaría.Así que el mismo compañero, le dio el tratamiento y le dijo que si esa noche la salvaba, tal vez sobreviviría o quizás moriría mas tarde.Por desgracia no la pudimos salvar y el sábado por la tarde murió. Aun recuerdo ese amargo momento cuando me lo dijeron.Yo estaba en mi habitación, intentando hacer las tareas, cuando mi madre dijo que tenía que contarme algo.Cuando llegué al comedor y vi a toda mi familia llorando me lo supuse. No pude evitar llorar y sentirme triste.En esos momentos necesitaba estar sola y desahogarme. Entonces me arrepentí de no haberle dado más cariño, ni de no haber podido decirle adiós, pero por lo menos, no murió en un triste hospital sola. Quiero pensar que a ella le gustaría, ahora que no esta, que siguiéramos con nuestras vidas sin sentir pena por ella y que no dejáramos de pensar en ella como una buena perra y una buena amiga.
Alba.