Cada año nos íbamos con toda mi familia a la playa.
Salíamos de Gerona a las siete de la mañana para llegar allí pronto y que no nos quitaran las mesas.
Cuando llegábamos allí cogíamos una mesa y esperábamos a que toda mi familia llegara.
Cada uno traía una cosa, uno el primer plato, otro el postre, otro los cubiertos…
Cuando mi familia ya había llegado cogíamos las toallas y nos íbamos a la playa, cada uno se preparaba sus cosas y los pequeños nos íbamos al agua a jugar hasta la hora de comer.
Cuando llegaba la hora de comer, nos íbamos a la mesa pero dejábamos las toallas puestas para que no nos quitaran el sitio.
Comíamos tranquilamente y como cuando acabábamos de comer mi padre no nos dejaba ir al agua, porque decía que antes teníamos que hacer la digestión, nos íbamos a jugar con mis primos a fútbol.
Después nos volvíamos a la playa, pero no nos quedábamos mucho porque a las seis de la tarde nos teníamos que volver a Gerona. Éramos muy pequeños y teníamos que llegar a casa para ducharnos, cenar…
¡Era muy divertido y nos lo pasábamos muy bien!