Me acababa de levantar. Toda la noche había estado pensando en aquel examen de final de curso ya que si aprobaba me iba de vacaciones con mis primos.Estaba muy nerviosa, en casa esperando a mi amiga, que como todas las mañanas me venia a buscar.Mientras íbamos a la escuela empecé a hablar del examen de matemáticas. Ella empezó a extrañarse y me dijo que no teníamos examen que me había equivocado de día y lo teníamos la semana después.Pero yo aún no me lo creía, hasta que miré la agenda y efectivamente era ese día.
Nora.
Hace tres años mi padre decidió que tendríamos un perro. Un día se presentó con uno en casa. Era un pastor alemán, cuando llegó a mi casa solo tenía un mes y era muy pequeño.En el momento que entró por la puerta de mi casa comenzó a temblar porque tenía miedo, parecía un perrito de peluche, pequeñito y muy suave.Al principio cada noche le teníamos que dejar la luz encendida y la radio puesta porque si no oía a nadie se asustaba y empezaba a llorar, pero al cabo de unas semanas ya se acostumbró.Unos días después mi padre y yo le hicimos una caseta de madera en el jardín.Es muy juguetón, divertido y no se separa de nosotros ni un momento, hasta llora cuando nos vamos.Ahora que ya han pasado dos años, y yo no me he dado cuenta, ha crecido muchísimo.