Las aventuras del tío Paco (22)

Mi tío Paco descubrió el Machu Picchu…

Hace tiempo, el tío Paco nos explicó una de sus mejores historias en la que descubrió el Machu Picchu.

Nos contó que no fue quien la historia dice ser, sino que fue él. Nos dijo que él y su acompañante iban caminando por un camino estrecho y de repente ambos vieron todo tipo de monumentos, construcciones, casas, una ciudad en lo alto de una montaña, tan majestuosa, tan bella…

Más tarde su acompañante hizo una foto y al llegar a su país dijo que había sido él. ¡Él!. Pero mi tío tan bondadoso le dejó todo el mérito a su colega. A nosotros nos lo ha contado porque somos sus sobrinos, pero es un secreto.

César M.

6º Curso 2010-2011



Las aventuras del tío Paco (21)

El tío Paco y sus sobrinos en una isla tropical

Había una vez dos hermanos mellizos, Alfredo y Susana, que tenían un tío que se llamaba Paco. El tío Paco tuvo una aventura, esa aventura empezó cuando un día les dijo a Susana y Alfredo:

 ¿Susana, Alfredo, os venís conmigo para vivir una aventura?

El tío Paco les preguntó eso muy contento y Susana respondió muy rápido:

 Sí, de acuerdo.

 Yo también –respondió Alfredo contento.

Así que al cabo de unos días se fueron a una isla tropical que hay por América. En la isla había: naranjas, mandarinas, limones, plátanos, moras, cerezas y todo tipo de frutas. También había papagayos, loros y muchos más animales.

 Tío Paco, que guay es estar aquí, me gusta todo lo que hay. – dijo Susana a su tío.

 Venga, que llegamos tarde, tenemos que ir a visitar un parque donde hay muchos más animales y plantas.

 Vamos.

 Es verdad tío Paco, estaba yo ya soñando… Vamos.

Jenni L. 6º Curso 2010-2011



Las aventuras del tío Paco (20)

alfredoEl tío Paco más aventurero

El tío Paco es un gran aventurero. Le ha pasado de todo. Ha estado en el Polo Norte, en la selva amazónica, en los altos del Tíbet. Incluso ha estado enterrado vivo en una tumba china súper especial, tenía clavos puntiagudos con espadas pero el sobrevivió, dobló un clavo provocando que entrará en la cerradura y abriera la tumba.

Cuando abrió la tumba, saltó una alarma que alertó a todos los guardias, él luchó contra todos y venció.

Cuando nos contó esa historia yo no me lo creí, pero después fui atando cabos y me di cuenta de que era cierto. Al fin y al cabo los mayores no mienten. ¿No?

César M. 6º Curso 2010-2011



Las aventuras del tío Paco (19)

El tío Paco de nuevo en la selva

Había una vez el tío Paco que tuvo que ir de viaje a una selva, pero una selva diferente a otras selvas.

Cogió una avioneta y se fue a la selva. Mientras viajaba veía pájaros que le atacaban y el sol quemaba todo lo que apuntaba. Tuvo un viaje bastantes accidentado, pero pudo llegar a su destino.

Cuando llegó a la selva se encontró a un león y a una cebra jugando a las cartas, a un tigre y a un mono jugando al uno.

Tenía que recorrer toda la selva, así que después de un descanso por la tarde camino por el principio de la selva.

Al segundo día cogió una fruta para desayunar y caminó hasta la zona de los monos y ahí sucedió un problema. Una mona que se llama Chita se enamoró de él. La mona lo siguió y el tío Paco nervioso le preguntó a Chita:

 ¿Qué te pasa?

Y ella contestó:

 Me he enamorado de ti.

El tío Paco que en nada que se lo dice se desmayó… Se volvió a levanta y se encontró a la mona Chita besándole en la boca. Así que le dijo muy enfadado:

 Oye tú ¿Qué haces besándome?

Y la mona le respondió:

– Porque te quiero.

Bueno, pues el tío Paco coge a la mona y le contesta que tiene una mujer con hijos. Y que no podía corresponderle. La mona Chita se puso triste y le contesto enfadada que se fuera de allí, que era zona de monos.

Al tercer día el tío Paco fue siguiendo su camino y se salió de la selva, llegó hasta una playa y encontró bambú. Con el bambú hizo una barca. Se fue para su casa y llegó después de un viaje muy cansado.

Al llegar a casa le contó a su mujer todo lo que le había pasado, pero la mujer no se lo creyó. Pero el tío Paco tenía fotos y pruebas y entonces su mujer reaccionó y le dijo que si le perdonaba por no creerle. Y mi tío Paco le contestó que sí.

Nerea J. 6º Curso 2010-2011



Las aventuras del tío Paco (18)

Mi tío Paco de nuevo en Egipto

Mi tío Paco nos contó una de sus aventuras y os la explico con sus propias palabras y en primera persona…

Todo empezó cuando estaba de vacaciones y mi amigo Juan me mandó un mensaje donde se leía lo siguiente:

“Hola Paco. Sé que estás en tus vacaciones pero… hemos encontrado una tumba egipcia de un antiguo faraón llamado Uruba. Necesitamos que vengas”.

Yo respondí rápidamente y me fui hacía Egipto, pero les advertí que no podría estar mucho tiempo.

Una vez allí, decidimos entrar en la tumba, pero había un problema. En una de las paredes había un jeroglífico, como una clave, que teníamos que descifrar para entrar. Suerte que Pepe, otro de los integrantes del grupo, es experto en todo eso. Lo descifró y pudimos entrar.

Cuando entramos se dispararon unas de las trampas. En menos de 1 minuto nos vimos atrapados entre pinchos afilados. Pero, otra vez, gracias a Pepe nos salvamos. Llegamos hasta la tumba y nos dimos cuenta de que era muy tarde, así que regresamos al hotel.

Los acompañé a la puerta del hotel para despedirme e irme hacia el aeropuerto. Pero hubo un problema, mi avión no salía, así que tuve que quedarme unos días más y seguimos con la tumba.

Una de las cosas que vimos fueron unos tesoros y unas palabras que decían:

“Oru golu sayan”.

Las recitamos y la momia resucitó, pero lo mejor de todo fue que nos obedecía. Nos dejó llevarnos unos pequeños tesoros y se quedó en la tumba porque nosotros le dijimos que no se moviera más. Desde entonces tengo ganas de ir a Egipto para descubrir otra tumba.

Andrea J. 6º Curso 2010-2011



Las aventuras del tío Paco (17)

El tío Paco en Egipto

Hola amigos, os explicaré una historia del tío Paco.

Una vez el tío Paco se fue a Egipto, a descubrir una tumba del faraón Tutankamón. Cuando llegó empezó a contratar a gente. Luego empezó a comprar el material necesario para la excavación.

El total de gente que componía su equipo era de 10 personas, cada una de ellas se dedicarían a una faena distinta. Había gente que excavaría, otra se encargaría de sacar la tierra, otra de que el material estuviera a punto y no faltara de nada, y el tío Paco coordinando a todo el mundo y, a tatitos, también excavando.

Todo el equipo se levantaba a las 5 de la mañana y después de desayunar empezaban su trabajo, solo paraban una hora al mediodía para comer y continuaban excavando hasta las cinco de la tarde que ya empezaba a irse el sol.

A los pocos días, nada más empezar a excavar una persona del equipo empezó a gritar, parecía que había encontrado algo. El tío Paco y todos los demás miembros del equipo fueron a ver lo que había sucedido. Cuando llegaron se encontraron lo que parecía el asa de una vasija. Todos se abrazaron contentos de alegría; por fin su esfuerzo empezaba a dar sus frutos. Después de la vasija encontraron más utensilios de la época.

Cuando ya habían pasado dos meses el tío Paco había reunido todo el material encontrado y lo estaba embalando para enviarlo al museo de Nueva York. Allí lo expondrían durante los próximos meses para que todo el mundo pudiera ver los objetos que se utilizaban en la época de Tutankamón.

El tío Paco ganó un premio por ello. Y utilizó el dinero ganado para otra excavación: la de la tumba de Ramsés.

Aina R.

6º Curso 2010-2001



Las aventuras del tío Paco (16)

Paco y Pepe se van a la selva

Erase una vez el tío Paco, recibió un mensaje desde la selva.

Cuando iba saliendo de casa, se dio cuenta que se había olvidado la guía. Se regresó a buscarla, cuando la encontró se fue a coger el autobús de turistas. De repente se encontró con un viejo amigo arqueólogo llamado Pepe.

          Hola, pepe, cuánto tiempo sin verte.

          Hola, Paco. Es verdad, desde que te fuiste a otra ciudad no nos hemos vuelto a ver.

          Por cierto ¿A dónde vas Pepe?

          Es que me enviaron un mensaje diciendo que fuera a la selva.

          Yo he recibido el mismo mensaje.

Así que como Pepe tenía un todoterreno, se fueron a visitar las pirámides, los pueblos indígenas, los restos de los mayas, etc. Cuando ya se daban por perdidos, fue cuando encontraron el tesoro.

Después de dos días de exploración, hicieron un viaje a la playa. Lo que no sabían era que toda su familia les había preparado una gran fiesta sorpresa. Cuando llegaron a la playa les dieron una gran sorpresa y también los recibieron con muchos besos y abrazos.

Wendy V. A.

6º Curso 2010-2001



Las aventuras del tío Paco (15)

El tío Paco en Perú

Paco, el tío de Susana y Alfredo, se fue al Machu Pichu hace una semana y media. Hace dos día llamó a sus sobrinos y les ha dicho que tiene muchas cosas que contarles, que cuando regrese les va a contar todas sus aventuras en Perú. Tan solo faltaban dos días para que volviera.

Al cabo de dos días…

– ¡Ding, dong! ¡Ding dong!

Era el tío de Alfredo y Susana que ya había regresado de Perú. Estaba muy cansado y se fue a darse una ducha y a echarse una siestecita. Susana y Alfredo esperaban impacientemente a que se despertara.

Cuando se despertó, los muchachos se abalanzaron sobre sus piernas y Paco empezó a contarles lo que le había pasado y qué aventuras había vivido.

 El primer día -empezó a contar Paco- cuando llegué, me hice un montón de amigos y uno de ellos me ofreció su ‘caleta’, bueno su casa como decimos aquí. Yo le dije que sí.

 ¿Y qué más? –le preguntó Alfredo.

 Sí, ¿Qué más, tío? –insistió Susana.

 Pues el segundo día visité Perú y me pareció muy bonito. El tercer, cuarto, quinto y sexto día fui a unos centros comerciales donde os compré los regalitos que os he traído. Los días que me quedaron, que fueron cinco, me fui al Machu Pichu a visitarlo. Allí me encontré animales, cuevas, monumentos, etc. ¡Ha sido impresionante!

Susana y Alfredo dijeron:

 ¡Ahora vamos a abrir los regalos!

Fueron a abrirlos y les gustó mucho la bufanda de Susana y la reproducción de un monumento de Alfredo.

Milka V.

6º Curso 2010-2001



Las aventuras del tío Paco (14)

La gran aventura del tío Paco

Había una vez, hace mucho tiempo, un hombre de unos cuarenta años llamado Paco. Paco trabajaba en un Club secreto que investigaba ruinas y lugares extraños. Lo que más le gustaba a él era ir a hacer grandes aventuras con su club secreto y estar con todos sus amigos.

Un día, que hacía buen tiempo, él y sus amigos decidieron de ir a hacer unas de sus grandes aventuras a las ruinas de Roma, la capital de Italia. Al día siguiente compraron los billetes de avión y se fueron rumbo a las ruinas romanas.

El viaje en avión fue agotador y, por eso, cuando pusieron los pies en el suelo de nuevo, fueron a buscar un hotel para pasar las noches. Ese mismo día se echaron la siesta y se levantaron para ir a las ruinas.

Una vez llegaron, todos pensaban que podía haber tesoros escondidos o algo por el estilo. Unos minutos después de andar se sentaron en unas rocas donde había un jeroglífico. Cada uno pensaba que podía significar una cosa diferente, pero eso sí, todos sabían que eso era un gran descubrimiento.

El tío Paco, que era experto en jeroglíficos, consiguió descifrar lo que quería decir. El mensaje oculto era que si seguían las instrucciones del jeroglífico llegarían a encontrar un tesoro. Ellos siguieron las instrucciones y ¡Sorpresa! Ahí estaba el tesoro tapado por unos matorrales.

– ¡Esto es increíble! –exclamó el tío Paco.

Todos llevaban llaves y utensilios para abrir cajas, tesoros, etc. Cuando lo abrieron se dieron cuenta de que era una falsa alarma. Solamente había escrito en un papel:

“Ja, ja, os lo habéis creído todos”.

Todos ellos se pusieron tristes pero por dentro pensaban que el extraordinario viaje había sido una aventura muy divertida.

Sergi D.

6º Curso 2010-2001



Las aventuras del tío Paco (13)

Mi tío Paco y el hombre de las nieves

Hace mucho tiempo, más o menos tres años, nuestro tío Paco nos contó una aventura que vivió en el Polo sur.

Todo empezó cuando fue a ver una cueva que se encontraba e una montaña. Cuando entró vio un monstruo de las nieves.

Mi tío, asustado, salió corriendo de la cueva y de repente observó que una tribu se acercaba lentamente y los de la tribu le preguntaron a mi tío:

          ¿Sape bepe dónpe depe espe tápe elpe monspe truope depe laspe niepe vespe?

Mi tío cogió el traductor de idiomas que siempre lleva consigo e intentó descifrar las palabras que le dijeron los de la tribu. En cuanto lo descigró les respondió:

          Espe tápe enpe lape monpe tape ñape depe epe sepe lape dope.

Fueron corriendo para capturarlo, pero cuando se quisieron dar cuenta el monstruo estaba triste porque era una cría de monstruo de las nieves. En cuanto lo supieron, lo acogieron y le dieron un hogar. A partir de ese día siempre hemos deseado ir al Polo sur a visitar la tribu que tiene el monstruo de las nieves.

Rafael S.

6º Curso 2010-2001