“La educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego” (William Butler Yeats)

¿Quién dijo que ser maestro era una tarea fácil? Aunque muchos piensen que los maestros tenemos vacaciones y vivimos muy bien, no saben el sacrificio y la implicación que la educación comporta. Sin embargo, todo el esfuerzo que vayamos a hacer en este campo es la mejor inversión que podemos hacer para contribuir en una mejora del futuro educando a los niños y niñas del presente.

Existen uas habilidades que resultan clave para convertise en un buen maestro. Las 4 más importantes para mí son:

1.Respeto; tanto a nosotros mismos como a nuestros compañeros y alumnos. El respeto es la base para ser buenas personas. Respetar ideas, personas, situaciones, etc. aún no compartir las mismas opiniones e ideales.

2. Empatía; entender las dificultades e inquietudes de nuestros alumnos y ayudarlos a superar los obstáculos que frenen tanto su aprendizaje como su socialización.

3. Paciencia; adecuarnos a todos los niveles de aprendizaje y tratar por igual tanto a los alumnos que más les cueste como a los que avanzan rápido.

3. Responsabilidad; trabajamos con material frágil (los niños) y la formación de nuestros alumnos es el trabajo más importante que tenemos que ejercer. Por eso un profesor debe llegar puntual, preparar las clases, motivar a los alumnos, ser creativo y comunicativo, atento y paciente buscando siempre lo mejor para ellos.

 

Un buen profesor no solo es aquel que enseña bien sino a quienes recuerdan con el paso de los años, aquel que deja huella no solo en la mente de sus alumnos sino también en su corazón.

 

 

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