EL ABP EN ÉPOCA DE PANDEMIA

Delante de una nueva posibilidad de un curso lectivo híbrido: escuela presencial y virtual es necesario también una reflexión de lo que ha funcionado o no,  a lo largo del 3er trimestre del curso 2019-20. El punto de partida está vez es superior gracias al grado de experiencia adquirida por parte de los miembros de la comunidad educativa.

Por lo que respecta a los docentes creo que hemos comenzado un nuevo camino que vale la pena seguir recorriendo y experimentando con el objetivo de nuestra mejora profesional. Somos conscientes que hay otras maneras de hacer las cosas, ni mejores, ni peores, simplemente diferentes. Desde la inmediatez hemos estado de capaces de definir unas líneas de trabajo globales, inclusives, multinivel y sobre todo, significativas o más relacionadas con el mundo real,  que algunas de las que planteamos a veces en el aula totalmente, descontextualizadas de la realidad dels nostres alumnos. Preocupados por generar actividades motivadoras que dieran lugar a la máxima participación activa de nuestros alumnos y sus familias, con la idea de acompañarlos en el proceso tan difícil de confinamiento, y de no perder las posibilidades de aprendizaje, la gran mayoría de los centros y docentes nos vimos abocados, como quien no quiere la cosa, a un proceso de renovación constructiva que no lo hubiéramos pensado nunca que fuera posible. No fue solo un proceso de empoderamiento digital, que también lo fue, sinó también para muchos toda una revolución metodológica. Revolución que permitió el desarrollo de competencias como la autonomía e iniciativa personal del alumno o el aprender a aprender como medio para el desarrollo de las actividades propuestas. Sin ser conscientes que realmente este hubiera tenido que ser el fin en lugar del medio. Pero paso a paso, comenzamos a transitar un camino donde el alumno se transformó en el protagonista activo de su aprendizaje y los maestros juntos a las familias, de la mano lo hemos ido orientando.

De aquí una nueva idea… Y por qué no? Sería posible plantearnos el aprendizaje basado en proyectos es una escuela híbrida o en un segundo confinamiento. Creo que el paso más difícil y largo está hecho. El conectar el conocimiento con la realidad del alumno, la tarea con elementos con significado y con producciones motivadoras, la autoevaluación como regulador del aprendizaje, el desarrollo de la competencia digital, el centrar al alumno en el centro del aprendizaje como un ser que siente y se emociona y trabajar desde este ámbito. Ahora falta un segundo paso que cuenta con la ayuda de la inercia del primero pero que no por ello es mucho más sencillo como es el trabajar en  grupos o grupos cooperativos tanto con presencialidad com sin ella. Las relaciones interpersonales de los alumnos, los procesos que se generan: de ayuda, comunicación, resiliencia, resolución positiva de los conflictos, gestión de las emociones son procesos que los alumnos solo pueden desarrollar en contacto con sus pares. Los seres humanos somos seres sociales y necesitamos desarrollar nuestras habilidades sociales para garantizar una convivencia en sociedad sostenible. Por lo tanto se hace necesario que nuestros alumnos también desarrollen estas habilidades y capacidades. Por ello la metodología ABP es una completa metodología que se abre como una oportunidad dentro de esta escuela híbrida o de nuevo confinamiento.