INTROSPECCIÓN: YO Y LA PRÁCTICA COOPERATIVA

Como maestra de Educación física estoy bastante familiarizada con el trabajo cooperativo. Se podría decir que es casi, casi, unos de nuestros estandartes: “Uno para todos y todos para uno”. El éxito del todo está condicionado a la responsabilidad y cumplimiento de las tareas de cada uno de los miembros del grupo o del equipo.

Lo podemos usar dando papeles o funciones concretes a cada uno de los integrantes del grupo: secretario, experto, coordinador, investigador… A cada papel le corresponde una serie de funciones o tareas que el propio equipo puede establecer. También son ellos quienes determinan, cuales serán los indicadores de la tareas correctamente realizadas. Otro uso lo realizo de manera más intuitiva, cuando trabajamos por ejemplo, el “acroesport”:

En el cual cada participante tiene una función más que específica,  y sólo se consigue formar las figuras y mantenerlas, si cada uno hace la tarea que le corresponde. O bien en cualquier actividad pre deportiva o deportiva, en la cual cada participante del equipo cubre una posición concreta, con unas funciones específicas.

Los resultados obtenidos con el uso de esta metodología son muy buenos. No solo por lo que se refiere al resultado del juego o el rendimiento académico. Sino a los resultados sociales que proporciona: cohesión grupal, sentimiento de pertenecer a algo más importante que nuestra propia unidad, consolidación de la propia identidad, reconocimiento individual y grupal, promoción de los valores de convivencia, gestión positiva de las emociones, entre otros.

A pesar de trabajar de forma bastante extensa en este método, reconozco que como docente, a largo de mi carrera he trabajado poco cooperativamente, en proyectos comunes con otros maestros. Pero a pesar de ello, los pocos realizados me han dejado un buen sabor de boca. Creo que los tiempos, la falta de intereses comunes, el hacer una especialidad, no me ha permitido tener más de estas experiencias. Estos 2 últimos años han estado de los más fructíferos en el trabajo en proyectos. El curso pasado con los maestros de lenguaje hicimos un proyecto para desarrollar la comunicación oral, con situaciones comunicativas de la vida diaria. El diseño de la secuencia didáctica la hicimos juntos en nuestras horas de coordinación de nivel y mediante documentos de DRIVE.  En el aula nos organizamos: las primeras sesiones: 2 maestros al aula y las siguientes en grupos flexibles y rincones. Todas las actividades han sido en pequeños grupos y metodologías diversas: asignación de tareas, cooperativo,..

Este curso continuamos trabajando con diversos proyectos comunes. Pero el máximo exponente lo hemos vivido gracias, desgraciadamente,  al confinamiento por el Co-Vid19. En mi centro los especialista pasamos a hacer co-tutorias. En mi caso, en concreto, pase a tutorizar alumno de sexto curso. Lo cual implico un gran trabajo de coordinación de los 2 tutores conmigo. La coordinación la realizamos mediante vídeos conferencias. La planificación y evaluación la realizamos mediante TEAMS y One Drive de Microsoft. Y muchas llamadas telefónicas a los alumnos y entre nosotros mismos. Lo que nos permitió sacar adelante el tercer trimestre de este particular curso 2019-2020.

 

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