En un pueblo pequeñito y muy lejano, vivía una niña muy buena y cariñosa con sus padres y sus hermanos. Ella siempre era muy risueña y divertida, pero a veces sin saber porqué, se ponía triste y lloraba y lloraba. Una noche la niña se acostó llorando, escuchó unos golpes en la ventana, al principio no hizo mucho caso, porque pensó que era el viento, así que cerró los ojos y se intentó dormir. No pasó mucho rato, cuando escuchó los golpes otra vez y se a la ventana, allí sentada en una flor encontró a una niña muy pequeña, tan pequeña como su dedo. La niña se presentó se llamaba Lily, era una hada de jardín, la pequeña Nerea, también se presentó Lily, le dijo que la había escuchado llorar muchas veces, y que eso la ponía triste, así que la iba a llevar a conocer a sus amigas .Nerea se puso muy contenta y se fue con Lil, en unos segundos, las dos eran igual de pequeñas y podían saltar de flor en flor, Nerea se sentía muy feliz. Conoció a Lesly, Saly y Lusi , un montón de hadas de jardín, que me enseñaron sus casas hechas con pétalos y gotas de lluvia, las mariquitas la llevaban de un lado a otro y los saltamontes la hacían saltar de alegría. Cuando mejor se lo estaba pasando Lily le dio que era hora de despertar para ir al colegio, y que su madre entraría pronto en su habitación, pero le hizo prometer una cosa; que siempre que tuviese ganas de llorar se acordara de este momento. Nerea se lo prometió y Lily le pidió que cerrase los ojos, los cerró y notó un beso en la cara, abrió los ojos y vio que era su madre que que venía a despertarla. Nerea pensó que todo era un sueño, pero al girarse vio en su mesita un montón de pétalos, y se levantó más contenta que nunca. Desde ese día, Nerea cuando tiene ganas de llorar, cierra los ojos y piensa en todas esas cosas bonitas y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN
N.R