Mi infancia en un vistazo, de Adrián Sola Martos.

El primer impacto que reciben mis ojos cada día es el del paisaje que se presenta
detrás de los cristales de mi ventana, aunque, dependiendo del horario, suele estar
bastante oscuro. No obstante, la falta de iluminación no me impide distinguir a algún
madrugador dedicándose a pasear al perro por este hermoso parque que puede
apreciarse en la imagen. Este mismo parque fue en el que pasé incontables horas
de niño jugando a fútbol. Desde mi ventana soy capaz de ver también mi antiguo
colegio, por eso, puedo afirmar sin tapujos que observo el escenario de gran parte de
mi infancia en tan solo un vistazo al despertarme cada mañana. Pese a también ser
verdad que forma parte de mi presente, puesto que sigo pasando por allí la mayoría de
veces que voy a algún sitio, últimamente mi relación con el parque se ha vuelto
diferente. Se basa en quejarme de que los niños hacen mucho ruido siendo “muy
temprano”, causando así que me despierte los fines de semana. hasta que, finalmente,
compruebo la hora en mi reloj y comprendo que me he levantado a las cuatro de la
tarde y que más me vale hacer algo de provecho o habré malgastado todo el día
durmiendo. Sin embargo, debido a las recientes medidas tomadas para frenar esta
pandemia mundial, ya no hay futboleros que me despierten a las cuatro, por eso me

levanto a las cinco. Era broma, pero llega a ser triste el hecho de dejar de ver a esos
niños y niñas jugando a fútbol o a lo que sea que jugasen ya que se les está privando
de moverse, de salir fuera por algo que ellos no tienen culpa alguna de que haya
sucedido. Tras pararme a pensar me he dado cuenta de que este tema de los niños
puede interpretarse como una aplicación cruda del refrán: “No sabes lo que tienes
hasta que lo pierdes”. No obstante, los madrugadores que pasean al perro siguen ahí
y ahora, curiosamente, lo hacen mucho más. A partir de abril, se empezaron a tomar
medidas progresivas de desconfinamiento, estas, incentivando a la población a salir
con moderación y usando el sentido común. Y, efectivamente, los niños empezaron a
salir con sus padres y madres a jugar a fútbol al parque, manteniendo, por supuesto,
las medidas de prevención y el distanciamiento necesario. Sin embargo, en esta
ocasión, me sentí realmente lleno por dentro al verlos y me recordó que, al salir de
esto, todos seremos capaces de retomar nuestras rutinas anteriores añadiendo un
extra de razonamiento.

 

A continuación, adjunto el enlace a un audio de mi lectura en voz alta con la imagen desde la ventana en cuestión.

ENLACE DEL AUDIO

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2 Comentaris

  1. xavieralvarez-builla

    Que bonitas las vistas, yo también he podido disfrutar de ellas cuando voy a tu casa, aunque me da un poco de vértigo. Esta muy bien ordenado el texto y lo define a la perfección.

  2. alexgonzalez

    Muy bien redactado todo el texto. Me encanta el sentimiento con el que describes tus vistas. ¡Muy buen trabajo, sigue así!

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