Drácula, de Bram Stoker

 

Estos días nos acercaremos al texto de Drácula, de Bram Stoker, publicado en 1897, y que pasaría no sólo a ser la novela más conocida de este autor norteamericano, sino que sería la novela gótica más conocida del mundo. Se dice que Stoker concibió la obra cuando, a raíz de una indigestión de cangrejo, tuvo alucinaciones de una especie de rey de los vampiros que salía de su tumba en busca de sangre.

 

Aquí os dejo el trailer de la película Drácula, de Bram Stoker, de Francis Ford Coppola, que veremos al final del curso.

[kml_flashembed movie="http://www.youtube.com/v/XDJyfF6ThKo" width="425" height="350" wmode="transparent" /]

Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary W. Shelley

 Este monstruo fue concebido en una casa de campo en el año 1816, cuando Mary Shelley y su marido se encontraban con Lord Byron y su amante Claire Clairmont, compitiendo para ver quien podía escribir la mejor historia de terror. Mary Shelley, antes de ir a dormir, escuchó cómo discutían su marido y Byron los últimos experimentos de Erasmus Darwin, que había dado vida a un trozo de espaguetti con la ayuda de una descarga eléctrica. Aquella noche Shelley soñó la parte central de su novela, transmutando al Dr. Darwin en un “pálido y desencajado estudioso de las artes desconocidas, que se arrodillaba al lado del monstruo que había ensamblado.”
La pesadilla de aquella mujer inglesa fue el desencadenante para la creación de esta novela,que ha devenido en una de las novelas de terror más importantes de la historia de la literatura.

En la cabecera podéis observar la ilustración del frontispicio que acompañó a la edición de 1831.

Annabel Lee

 Continuando con nuestro pequeño homenaje a Poe, os transcribo el poema “Annabel Lee”, que sigue un tópico obsesivo para el autor, como es el de la muerte de la amada, una mujer hermosa y joven. Algunas teorías aseguran que Annabel Lee se basa en la esposa de Poe, Virginia, que había muerto dos años antes de la escritura del poema y que, como sabéis, murió tras enfermar de tuberculosis siendo aún muy joven.

Debajo del poema tenéis un video del tema de Radio Futura que recrea este poema.

Annabel Lee 

Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar,
vivía una doncella
cuyo nombre era Annabel Lee;
y vivía esta doncella sin otro pensamiento
que amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño, una niña ella,
en ese reino junto al mar,
pero nos queríamos con un amor que era más que amor,
yo y mi Annabel Lee,
con un amor que los serafines del cielo
nos envidiaban a ella y a mí.

Tal fue esa la razón de que hace muchos años,
en ese reino junto al mar,
soplara de pronto un viento, helando
a mi hermosa Annabel Lee.
Sus deudos de alto linaje vinieron
y se la llevaron apartándola de mí,
para encerrarla en una tumba
en ese reino junto al mar.

Los ángeles, que no eran ni con mucho tan felices en el Cielo,
nos venían envidiando a ella y a mí…
Sí: tal fue la razón (como todos saben
en ese reino junto al mar)
de que soplara un viento nocturno
congelando y matando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte
que el amor de nuestros mayores,
de muchos que eran más sabios que nosotros,
y ni los ángeles arriba en el Cielo,
ni los demonios abajo en lo hondo del mar,
pudieron jamás separar mi alma
del alma de la hermosa Annabel Lee.

Pues la luna jamás brilla sin traerme sueños
de la bella Annabel Lee;
ni las estrellas se levantan sin que yo sienta los ojos luminosos
de la bella Annabel Lee.
Así, durante toda la marea de la noche, yazgo al lado
de mi adorada -mi querida- mi vida y mi prometida,
en su tumba junto al mar,
en su tumba que se eleva a las orillas del mar.


Homenaje a Edgar Allan Poe

 

Como habréis sabido ya por los medios, el próximo lunes 19 se celebra el 200 aniversario del nacimiento del maestro del relato de terror, además del considerado inventor del relato detectivesco. Se trata del infausto escritor romántico Edgar Allan Poe.

 

Los problemas económicos, las enfermedades, la muerte, las drogas y el alcohol sumieron a este triste genio en unas oscuras obsesiones por la muerte, por el Más Allá, por los enterramientos en vida y por la vida después de la muerte. Afortunadamente, Poe fue capaz de plasmar con ingenio todas sus experiencias y temores en relatos y poemas escalofriantes, que perdurarán en la memoria literaria siempre.

 

Adjunto en este post un corto, de los muchos que han tratado de adaptar sus narraciones extraordinarias, protagonizado por Paul Naschy, nuestro más famoso hombre-lobo español de todos los tiempos. No olvidemos tampoco que, además de las adaptaciones españolas como ésta, Roger Corman llevó al cine muchos de sus terroríficos relatos, interpretados en muchas ocasiones por Vincent Price, como, por ejemplo, La tumba de Ligeia, El pozo y el péndulo o La caída de la casa Usher.

 

Aunque aún nos queda mucho por recorrer para llegar al Romanticismo, sirva de adelanto este homenaje.

La muerte de Isolda

 

Aquí tenéis el fragmento musical referente a la muerte de Isolda perteneciente a la ópera Tristán e Isolda, de Wagner. Clicad para escucharlo:

aquí 

Después de escucharlo, intentad contestar a la última pregunta del cuestionario:

¿Crees que el músico ha conseguido transmitir el espíritu de la leyenda? ¿Por qué?

La noche oscura

Os dejo aquí la recreación mística del Cantar de los Cantares bíblico que hizo el poeta renacentista san Juan de la Cruz. La interpretación del poema, como del texto bíblico, puede tener una doble interpretación: en este caso, san Juan nos habla del encuentro de dos amantes y, al mismo tiempo, reproduce el ansiado encuentro del alma del poeta con Dios. Fijaos en lo hermoso de la ambigüedad:

La noche oscura

En una noche oscura,

con ansias en amores inflamada,

(¡oh dichosa ventura!)

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,

por la secreta escala disfrazada,

(¡oh dichosa ventura!)

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz ni guía

sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guïaba

más cierta que la luz del mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que me guiaste!,

¡oh noche amable más que el alborada!,

¡oh noche que juntaste

amado con amada,

amada en el amado transformada!

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería,

y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el amado,

cesó todo, y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

The lady of Shalott


Estas tres obras que encabezan esta entrada pertenecen a la serie The lady of Shalott, del pintor prerrafaelita John William Waterhouse, e ilustran un poema de Tennyson sobre la dama de Shalott. Éste hace referencia a una hermosa leyenda perteneciente al ciclo artúrico que compartiré aquí con vosotras/os :

 

Elena, la dama de Shalott, vivía encerrada en una torre, donde tejía noche y día. Un día, un susurro la previno de una horrible maldición que le sucedería si miraba directamente a Camelot, que se veía desde su ventana. Aunque desconocía cuál era la maldición, ella seguía tejiendo sin mirar nunca a Camelot, salvo a través de un espejo. Nadie la había visto nunca, pero los campesinos aseguraban que oían sus cantos misteriosos. Elena reflejaba en sus telas lo que veía a través del espejo, como los sucesos de los caballeros de la mesa redonda. Pero un día, la dama de Shalott vio a Lancelot a través del espejo y se enamoró de él. Sin poder evitarlo, se giró y miró a Camelot directamente y la maldición cayó sobre ella: el espejo se quebró, las telas salieron volando y ella salió de la torre y tomó una barca en dirección a Camelot. De camino a Camelot, entonó su última canción, ya que su vida se fue apagando a medida que se acercaba.Como veis, el primero de los lienzos hace referencia al hastío de Elena, encerrada en la torre y entre las telas; el segundo, representa el momento en que ve a Lancelot a través del espejo y se enamora; y el tercero, el más conocido, la representa ya en la barca, entonando su última canción de camino a Camelot, a donde nunca llegará.
Los versos de Tennyson que recrean ese último momento de Elena son los siguientes:

Y en la oscura extensión río abajo
-como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shalott.

Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot:
Y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción,
a la Dama de Shalott.

Escucharon una tuna, lastimera, implorante,
tanto en voz alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente,
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot;
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción,
la Dama de Shalott.

 

No puedo terminar esta entrada de leyenda sin hacer referencia a la genial artista Loreena McKennit, que tomó asimismo esta leyenda y la transformó en esta hermosa canción, con el mismo título que esta entrada: The lady of Shalott, y que os dejo aquí en este fantástico directo:

[kml_flashembed movie="http://es.youtube.com/v/di3l6x6V0_o" width="425" height="350" wmode="transparent" /]